Entonces, ¿no deberíamos intentarlo? (2/2)

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No estaba seguro si estaba gruñendo por el dolor del impacto o de la frustración que le resultaba todo el caos en que se había metido.

Se desplomó como una paloma muerta, cayendo como un ruido seco después deslizándose por el poste de luz con el que había chocado hasta derrumbarse sin gracia, dejando una leve mancha de sangre mientras sostenía su cabeza y volvía a ajustar sus lentes de aviador.

El ruido del molesto civil salido de control por un par de drogas sonaba como un teléfono perdiendo la señal en un túnel, incluso teniéndolo solo a un par de metros de él.

Le observó con un semblante entre cansado y aburrido. Como si el tipo cuernudo, cada vez más grande y fornido mediante la droga hacía efecto en su cuerpo, no lo hubiera pateado ya dos veces incluso estando en el aire. Movió una de sus alas para incorporarse, cuando sintió un agudo escozor a la altura de su omóplato derecho que le obligó a apretar los dientes.

—¡Jefe!

Entre el ruido blanco y distorsionado que eran los aullidos inhumanos del incontenible civil, entendió las voces preocupadas de sus compinches. Su cuerpo reaccionó ante el peligro y la necesidad casi patológica de resolver esto y cumplir las expectativas.

Pegó una voltereta impulsiva, en el momento justo que el minotauro buscaba acertarle un golpe. Ya en el aire, extendió sus alas, aún cuando su espalda resintió el esfuerzo.

Al ver a su jefe a salvo, la formación de héroes que conformaba el equipo de la agencia de Hawks a cargo de la zona se incorporó con analgésicos para inhabilitar la droga, o en dado caso, fulminar mentalmente al civil, lo que ocurriera primero.

Hawks ayudaba en la distancia, apoyando y dirigiendo la operación con sus plumas mientras se mantenía sobrevolando cerca, apartando a los civiles que pudieran verse afectados por el caos.

La gente se acercaba a intentar agradecerle por haberlos alejado del peligro pese a que todavía sus compinches se esforzaban por invalidar los movimientos del minotauro. Pero al ver la expresión de piedra del héroe número dos, se pensaban mejor su intención y volvían por donde vinieron.

Hawks había pensando que lo más difícil al volar de Shizuoka hasta Fukuoka sería el escenario que la Liga le pondría enfrente, un nuevo obstáculo para poner a prueba su supuesta lealtad incuestionable, pero había resultado ser una especie de inventario ordinario que tenía que supervisar sin mayores cosas que presumir.

Gracias a su supuesta complicidad y al ponerse en favor de los villanos, además de hacer uso de los beneficios como número dos y fuente de información de los héroes, también se aprovechaban para usar su zona de protección como un punto para traficar ciertos suministros que él usualmente vigilaba con la excusa de asegurar que llegue a su destino de manera satisfactoria.

Con cada encargo, él estaba listo para verificar cada detalle, memorizarlo, sacar sus propias conclusiones, y al día siguiente, transmitir sus hallazgos y observaciones a la Comisión.

Hawks no estaba encantado con la idea de que su querido Fukuoka se convirtiera en un centro de contrabando para personas hostiles que encontraban siempre una manera de destruir los sueños de los demás, movidos en su mayoría, por el egoísmo y la furia de sus propios corazones, incluso si entre ellos habían buenas personas que valoraban los ideales por los cuales creían que luchaban. Quienes estaban al mando, moviendo los hilos del escenario caótico, les importaba poco el bienestar de sus simpatizantes. Pero no había encontrado otra manera de estar al tanto de esos intercambios, sacar información y asegurarse que no hubiera víctimas que atentaron contra la seguridad de civiles que ser él mismo quien consintiera el acto delictivo y lo inspecciona.

Huwumi Summer Event 2022 (MHA)Where stories live. Discover now