Alma con esperanza, mente con miedo y corazón herido, Kiara Moncier no es más que una chica que cursa su último año en Hogwarts. Hasta que nuevos sentimientos surgen y no sabe cómo lidiar con ellos y mucho menos con el peligro que comenzará a acecha...
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— Nuevo guardián del secreto —
El dolor de la muerte de Aleixander jamás desaparecería y Kiara estaba muy segura de eso. Había perdido a su hermano y aún no habia reunido la valentía suficiente para mandarle una carta a Cassandra revelandole la terrible noticia.
En el mes de septiembre la familia de Edgar Bones fue brutalmente asesinada al igual que Benjy Fenwick. La orden perdía miembros y parecía que Dumbledore no sabía que hacer. Se le veía tranquilo ante la situación ya que parecía que a él no lo tocaría nadie.
Por esa razón Kiara y Sirius persuadieron a James de que el guardián fuera Peter Pettigrew. James acepto sin pensarlo demasiado, el confiaba en todos sus amigos.
— No debemos decirle a nadie que has cambiado de guardián. — Kiara le dijo a los Potter y ambos asintieron.
— Lo estamos haciendo a escondidas de Dumbledore porque en realidad no le veo interés en mantenernos con vida.
James y Lily trataban de mantenerse comunicados con los Black ya que eran los que les decían con lujo de detalles lo que sucedía en la orden, ya que decían que ellos se la pasaban encerrados y mínimo merecían saber lo que en realidad sucedía y no lo que Dumbledore les quería hacer creer.
Una semana antes de que llegara el día de Halloween fue cuando se hizo el cambio de guardián. Todos confiaban en Peter, principalmente James el cual confiaba ciegamente en todos sus amigos.
— Recuerda no decir que tú eres el guardián, Pet. — Kiara dijo mientras ponía su brazo sobre sus hombros.
— Lo he entendido.
Ese día comieron con los Potter y poco después marcharon a sus casas. En pocos días Cassiopeia cumpliría dos años y realmente estaban emocionados, su hija ya comenzaba a hablar y no podían estar más felices por eso.
Gracias a Kreacher que volvió a decirles que el cumpleaños de Lyra era el treinta y uno de octubre supieron su fecha de nacimiento.
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El día del cumpleaños de Cassiopeia ella despertó demasiado enferma, tanto así que Sirius y Kiara tuvieron que correr hacia San Mungo.
— Es complicado saber que tiene, es muy extraño realmente. — Fue lo que dijo la medimaga que atendió a Cassie.
— Es una lástima que haya sido justo en su cumpleaños.
Durante ese día los Black se mantuvieron en San Mungo mientras Lyra era cuidada por Clarisse.
— Mandaré una carta a Cornamenta para cancelar la visita de mañana, debemos quedarnos con Cassie. — Sirius salió de la habitación y después se apareció en su casa.
Querido cornamenta:
En verdad lamentamos tener que cancelar la visita de mañana, Cassiopeia está internada en San Mungo y no saben que es lo que tiene.
Debemos quedarnos a cuidarla y te prometo que nomás la dan de alta y pasamos a comer a su casa.
Sirius Black.
Cuando ya tuvo la carta lista la puso en un sobre y después la mando con su lechuza.
Deseaba que su pequeña se aliviará pronto, no quería que nada le sucediera.
