𝙣𝙞𝙣𝙚. heridas de batallas

Mulai dari awal
                                    

Rea no puede describir el mar de emociones que seguramente Obi-Wan está atravesando tras cruzar las puertas enemigas de una habitación misteriosa donde el logo imperial, en tono carmesí, fue visible. Pero si puede describir las suyas. Siente en su pecho un ardor incontenible que acelera el palpitar en su corazón haciéndola creer que en cualquier momento éste podría estallar; siente su estómago revolverse y una molestia hacerse presente; los escalofríos recorren su columna vertebral erizando los bellos de su piel; además de todo eso, siente como sus pulmones le exigen a gritos el aire vital para su supervivencia.

Ni siquiera se había percatado del momento en que había dejado de respirar.

Es devastador ver cómo en ese lugar se encuentran múltiples tumbas de las personas que alguna vez fueron  sensibles a la fuerza cubiertas en su totalidad por ámbar. Recordar los momentos alegres —o al menos los que no implicaban una tormenta antes de que la tempestad diera paso en la galaxia— no hacía más que atraer de regreso los momentos de dolor que tanto trataban de reprimir.

¿Qué tan magnífica, o terrorífica más bien, había sido la persuasión de Palpatine para hacer que la oscuridad en Anakin lo hiciera cometer tales actos de atrocidad?

Eran sus trofeos. Los trofeos de Vader. Una marca de impunidad ante todo aquel que intentara oponerse a sus decretos y mandatos. Eran la viva imagen que alimentaba su deseo incontenible por tener más de lo que su cuerpo podría llegar a resistir, porque si Rea debía compartir información al bando de los buenos, esa era que la oscuridad en los Sith y su uso del Lado Oscuro poco a poco comenzaban a extraer sus energías.

Lo había sentido en quien alguna vez fue su familia.

Cassie no hace más que aferrarse a la pierna derecha de la pelirroja enterrando su rostro en la tela de su pantalón al no querer seguir escaneando con sus ojos curiosos aquel cuarto de terror. Oía gritos, no lo entendía, pero escuchaba sus gritos.

Obi-Wan observa los orbes esmeraldas de Rea con la misma cristalización que hay en los suyos antes de acercarse y tomarla con delicadeza por el brazo izquierdo para salir lo más prontoposible de ese lugar luego de comunicarle a Tala lo que yace en la supuesta fortaleza.

La sokoviana asintió con la cabeza exhalando e inhalando algo de oxígeno antes de agacharse y rodear el pequeño cuerpo de Cassie con sus brazos. La menor rodea la cintura de la Hexe con sus piernas y aferra sus brazos alrededor de su cuello mientras su rostro se esconde ahora en su hombro derecho.

Era una niña, la curiosidad era mayor que ella; el susurro en su conciencia persuadiéndola de ver nuevamente el lugar es mayor que su control; así que, antes de que las puertas detrás de ellos se cerraran, Cassie echó un vistazo a los cuerpos en el lugar y vio a un niño con un peculiar casco en su cabeza. Ejerció más fuerza en el agarre a Rea temiendo ser próxima a tener ese cruel destino.

 Ejerció más fuerza en el agarre a Rea temiendo ser próxima a tener ese cruel destino

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𝐑𝐀𝐃𝐈𝐎𝐀𝐂𝐓𝐈𝐕𝐄¹, Obi-Wan KenobiTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang