Capítulo 1

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Loid había nacido en el ceno de una familia un tanto rara. No en un mal sentido por supuesto, todo lo contrario.

Sus padres eran un matrimonio de lo más perfecto si es que se le podía describir así, su padre era un Alfa que pese a que parecía tener cara de odiar a todo el mundo no lo odia del todo puesto que habían buenas personas, y eso incluía a su familia. Por otro lado su padre Omega era el ser más amable y comprensivo de todos, razón la que lo apoyo en la decisión de su embarazo.

Podía no ser bien visto que siendo tan solo un niño ya estuviera embarazado pero bueno no podía cambiarlo, además que el Alfa del cual quedó preñado había asumido la responsabilidad.

Al inicio la noticia de su embarazo no fue tomada del todo bien, puesto que sus padres y hermanos se sintieron mal, al saber que su pequeño rayo de sol ya había sido tomado por algún alfa idiota que no había pensado en las cosas. Bueno no era del todo mentira eso, aunque Loid también había tenido algo de responsabilidad al haber aceptado pasar el celo de su Alfa con el.

Despejó sus pensamientos para seguir cortando los vegetales con los cuales acompañaría la comida que estaba haciendo. No faltaría mucho para que su pareja llegará de su trabajo por lo que ya debía tener la lista. Esperaba que le gustará la comida puesto que Yuri, su alfa era bastante cosquilludo.
Loid no era un mal cocinero, de hecho era bastante bueno debido a que tiempo atrás por casualidad tomó unos cursos para mejorar cuando su papá Omega salía por cuestiones del trabajo y él se quedaba a cargo de sus hermanos y su padre.

Claro que ahora que estaba embarazado salía a relucir más su habilidad en la cocina, cosa que no era ni siquiera reconocida por Yuri.

Era un tanto difícil explicar la relación que llevaban, aunque en primer lugar ¿Tenían una relación como tal?. El alfa había tomado la responsabilidad de su embarazo pero no es que actuará diferente, cómo si en verdad fueran una pareja que se demostrará amor en público o en privado. Compartían la misma cama y la casa donde vivían.
Pero nada más, no había cariño pero bueno Loid lo entiende de cierta manera o al menos trata de hacerlo, aunque no quita el amor que el si siente y sabe que Yuri lo siente por él aunque no lo demuestre.

Vuelve a la realidad cuando un ruido fuerte se escucha, supone que se trata de Yuri que acaba de llegar. Le baja el fuego a la olla para después limpiarse sus manos en mandil que lleva e ir hacia la sala.
Espera no verse mal aunque en su estado según palabras de su familia se veía muy bonito y tierno.

Yuri se encuentra mirando algo en su celular que no le presta atención pese a que a dejado salir un poco de su aroma a galletas recién salidas del horno.

—¡Bienvenido Yuri!— decide hablar el primero saliendo del marco que divide la sala de la cocina con una linda sonrisa.

El alfa solo lo mira de reojo para volver la vista al móvil.

—La comida ya estará en un momento — volvió a hablar tratando de romper el hielo que había en ellos.

—Come tú, yo ya cené con mi hermana — respondió sin mirarlo.

Eso le dolió un poco, era algo normal que su Alfa comiera con su hermana y no con él.

—¿Quieres tomar un baño entonces?— preguntó acercándose al Alfa.

El pelinegro rodó los ojos un tanto fastidiado por el Omega. Lo que quería en ese momento es que se callará por un rato, le estaba provocándole un dolor de cabeza severo.

—El agua caliente ayuda a relajar los músculos y a disminuir el estrés, supongo que por tu trabajo lo debes de estar— una de las tantas funciones que tenían los omegas era servir a sus alfas.

Ese era el motivo por el que estaba siendo atento con él.

—Guarda silencio Loid, lo que más deseo en este momento es que te calles— explota diciéndole de cosas al pobre chico de dieciséis años.

El chico se calla abruptamente.

—Ahora recuerdo porque no soporto estar tanto tiempo contigo, eres una molestia — termino de decir para guardar su celular y marcharse a la habitación que compartían.

—Lo siento — susurró cómo disculpa.

Se quedó un momento parado en la sala con el corazón triste dejando escapar sus feromonas, acaricio su vientre que era lo que normalmente le funcionaba para tranquilizarse. Estuvo haciendo eso por unos cuantos minutos más hasta que logro tranquilizarse.

—Deberia de cenar ya— dijo para volver a la cocina y apagar la olla.

El hambre se le había ido pero debía de comer por el bebé que se estaba formando en su vientre. Se sirvió un poco de comida para después sentarse y comenzar a comer. Estaba sumergido en sus propios pensamientos que no notó la mirada de alguien desde el marco de la entrada.

Volvió en sí, cuando su celular sonó.

Era su hermano mayor, Tobio.

Puso la mejor cara que tenía para no preocupar a su hermano.

—¡Hey!— saludo con la leve sonrisa mientras apartaba el plato de comida.

—Forger— le devolvió el saludo de alguna manera —, ya te hacía durmiendo.

Loid rio un poco.

—Aún es temprano, aunque igual debería decir lo mismo ¿Sigues en el gimnasio?.

—Si, ya en diez minutos salgo de camino hacia la casa— nueve el celular para que pueda ver a sus compañeros terminando de arreglar el gimnasio—. Tendremos un partido pronto, espero que puedas ir.

—Por supuesto que sí iré, solo avísame dónde y cuando será — asiente con la cabeza.

Hablan un par de minutos más.

—Bueno debo irme, descansa y ve de vez en cuando a casa. Haruka y nuestros padres aún no se acostumbran a que ya no vivas con nosotros — dice colocándose su mochila—, además tengo algo para tí.

—Lo haré Kageyama. Ve con cuidado y puede que nos vemos mañana — se despide de su hermano.

Kageyama solo era doa años mayor que el pero actuaba como si la diferencia fuera mucho, tal vez era lo normal al ser el mayor.
Bloqueo su celular para levantarse y lavar sus trastes.
Llevaba tres meses viviendo fuera de la casa de sus padres, era incluso algo difícil de acostumbrarse también para él, por supuesto hacia lo posible de ir al menos cinco días de la semana a su antiguo hogar.

Pero no debia de ponerse triste, ahora estaba formando un nuevo hogar con su Alfa y el pequeño cachorro que se estaba formando dentro de él.

—¿Tu familia es así de molesta también?— preguntó Yuri entrando a la cocina.

Loid lo miro sin entender a qué se refería.

—¿Que quieres decir?.

—El cómo actúan como si te hubieras marchado al otro lado del mundo, cuando nuestra casa está a solo veinte minutos a pie — abriendo el refrigerador para buscar una lata de refresco —. Son unos exagerados.

Loid se levantó de su asiento rápidamente provocando que lo que estaba en la mesa se moviera algo brusco.

—Solo se preocupan por mí, porque me quieren. Y es algo que no entiendes porque tú no lo haces por mí pese a que estoy esperando un hijo tuyo— le contesto para tomar rápidamente los trastes y dejarlos en el lavabo.

No espero una contestación, puesto que huyó de la cocina para resguardarse en el baño de invitados. Sentía que su corazón le dolía y las lágrimas traicioneras iban a escapar.

Intentaba seguir siendo un Omega que no rechistaba y soportaba lo frío que era su pareja pero había momentos así que simplemente lo destrozaban.
Intentaba seguir siendo fuerte por el amor que sentía por el Alfa y su bebé pero se estaba rompiendo.





Nota del autor: Próximo capítulo, probablemente la siguiente semana.

Ideas, mentadas de madre y sugerencias son bien aceptadas.

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⏰ Last updated: Apr 29, 2023 ⏰

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