How to be yours (parte 2)

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Antes de que pudiera salir de su oficina como alma que lleva el diablo sus manos me sujetaron por las muñecas

Sus ojos azules eran negro, una marca roja con la forma de mi mano se empezó a mostrar en su mejilla

Aquella forma en la que me miraba me hacia bullir, no solo de ira porque estuviera excitado... era porque de hecho también me excitaba. Era una batalla de voluntades que no estaba dispuesta a perder, incluso aunque el traidor de mi cuerpo reaccionara a su cercanía.

-Slave es solo una expresión- dijo con voz tranquila una emoción completamente opuesta a la que mostraban sus, por lo regular, inexpresivos ojos 

-pues no me gusta- casi gruñí y no estaba segura si era por el deseo o la rabia, o ambas.

-Te dije que quiero que seas mi sumisa. No mi esclava- Llevo mis manos detrás de mi espalda y sujeto ambas muñecas en una sola mano, me retorcí pero su agarre se volvió de hierro mantienedome en la posición, de este modo nuestros pechos se rozaban y tuve que usar toda mi voluntad para no restregarme contra él

-Me gusta esta actitud indomable, me gusta tu mente independiente- su mano libre acaricio mis mejilla -Quiero que voluntariamente te rindas ante mi. Quiero que me des el regalo de tu sumisión- Se acerco lo suficiente para que nuestros labios se rozaran -porque eso es lo que es para mi-

Sus palabras me dejaron sin aliento.

Él provocaba una revolución en mi interior, mi cabeza me gritaba que esto no era sano, que yo era alguien independiente, jamas sometida a la voluntad de alguien mas pero... ¿eso no era lo que había hecho? estar a su voluntad desde el momento en que me toco, en que dijo mi nombre, mi cuerpo ya se había rendido ante él.

Seguí mirando aquellos ojos mientra me daba cuenta que de hecho, yo ya era suya. Lo había sido desde el principio.

Deje de resistirme y él suspiro, un suspiro que me hizo mirarlo con curiosidad

-de verdad pensé que te irías- sus palabras tenían pequeños y casi indetectables rastros de miedo lo cual me sorprendió y me hizo casi hacer un maldito salto mortal al darme cuenta que él me deseaba tanto como yo a él

al menos la locura hormonal es algo que va en ambos lados. Al menos 

-No puedo- dije con derrota

Sus ojos parecieron brillar, Dios! esos ojos... que no daría por verlos cada instante.

Suspire, tomando mucho aire, preparándome emocionalmente para lo que iba a decir... -soy tuya- las palabras salieron como un susurro. Admitirlo en voz alta aun era complicado con mi mente batallando para que me alejara.

Cogió aliento audiblemente y agacho la mirada, me libero de su agarre y dio un paso atrás

-¿recuerdas que te dije que no te tomaría hasta que estuviéramos en mi casa esta noche?- su tono había cambia a su modo dominante, ese que ponía a mi cuerpo a mil, sensible a su contacto y alerta a sus ordenes

solo asentí, la boca se me seco y mis pechos se sentían pesados con necesidad

-Bueno- dio otro paso atrás y señalo su escritorio -cambie de opinión- Se quito la corbata -ven aquí-

No tuve ni siquiera que darle la orden a mis piernas para que avanzaran y me dejaran frente al escritorio

-manos tras la espalda- lo hice, poniendo las muñecas una sobre la otra -buena chica- dijo con orgullo y beso mi cuello en apreciación

Sentí como anudaba la corbata al rededor de mis muñecas dejándome atada. Indefensa.

¿era malo que me sintiera tan increíblemente excitada por ello?

My English Teacher (A Forbidden Love story #1) /EN EDICIÓN/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora