-¿Estás bien?

-Sí, creo -dudó mientras masajeaba su nariz.

-¿Tu nombre, de vuelta?

-Matthew, ¿vos? -me dedicó una sonrisa tierna.

-Diamond, Wolff si querés -le estreché la mano y le guiñé un ojo.

Como era de esperarse, nada más pasó con Matthew; ni con Jason. Literalmente, esta vez no me habló ni para el sacapuntas. Lo tenía bien al borde del banco para ver si me lo pedía, pero en vez me salteaba y le pedía al que estuviera más cerca con tal de no pedírmelo a mí. Irónico, ¿no? Porque debería ser yo la que lo ignore pero, sin embargo, es él, el mismo que generó un escándalo.

El martes a la tarde, otra vez nos avisan de otra fiesta, en la casa de una tal Ellen. Es rarísimo como todavía no conozco a gente de mi propia camada.

En fin, lo mismo: nada muy elegante ni llamativo, lo justo para ser una más.

La única razón por la que fui era porque Madison no quería quedarse sola ya que las demás tenían otras cosas. Yo en realidad tenía cero expectativas de la fiesta esta y no tenía ganas de ir tampoco, pero de algún modo Madison me convenció. Aunque, en realidad, le agradezco fuertemente que lo haya hecho.

Estaba lo más tranquila, sola, tomando algo mientras estudiaba los detalles de la casa. Era inmensa, y muy fina. No sé como irá a hacer Ellen para limpiar todo este desastre. En fin, de la nada escuché a alguien llamando mi nombre: era Lisa, una de las amigas más cercanas de Jason. Esto no me tenía buena pinta.

Me llamó corriendo, me agarró del brazo y me dijo que tenía ir urgentemente.

-¿Ir a dónde? -solté mi brazo de su mano.

-Jason está gritando tu nombre y rompiendo botellas, re caliente. Tenés que venir ya. -¿qué?

-Debe ser otra Diamond -no sabía qué contestar, ni tampoco si es una de sus jodas.

-No seas idiota, de verdad tenés que controlarlo -asentí. Parecía muy preocupada, así que fui.

Llegué al patio y me encontré con una ronda enorme de gente, y los gritos de Jason. Nicholas me miró, con los ojos abiertos llenos de esperanza.

-Tenés que arreglarlo. No sé qué carajo le pasa.

Me interpuse entre la gente y lo abracé de atrás, intentando calmarlo para que deje de romper cosas. Él luchaba para soltarse, hasta que lo agarré de la cara para que me mirara a los ojos y la posicioné a unos centímetros de la mía. A todo esto, el público miraba. Había sido un rato desde la última vez que estuve tan cerca de él. Mi corazón estaba a mil y sentí como se me caía el alma a los pies. Jason, una vez que encontró mis ojos con los suyos, se tranquilizó. Liberó todas las cosas que tenía en las manos, sangradas, y empezó a respirar con agitación. Cerró los ojos y se soltó de mí, pero gentilmente, avergonzado. Se fue de la multitud, pero lo perseguí. Tenía buen olor a alcohol, así que era evidente que no sabía lo que hacía. Llegó hasta la entrada de la casa, y lo seguí hasta ahí. Pensé que había sido mala idea, pero quería escuchar sus pensamientos ebrios.

-¿A qué se debió eso?

-Nada, Diamond, olvidate -balbuceó, apenas lo entendí.

-Dale, merezco una explicación.

-Es que te necesito, ¿sí? Más que a cualquier cosa en el mundo. No puedo estar una semana sin hablarte y sin sacarme de quicio. Me sacás, ¿sabes? No me gusta tener que ponerme así por alguien, no soy esa persona. Soy la persona insensible que va por la vida yendo a fiestas y chapándose extrañas, no la que se preocupa. Dejame en paz, Wolff, ¿sí? No quiero volver a verte, me hacés mal. -no sé si tomarme para bien o mal lo que me dijo.

-Estás en pedo, seguro que no sabés lo que decís.

-Estoy en pedo pero no soy pelotudo. Yo sé lo que digo. Ahora dejame, ¿sí? Y con eso me refiero a para siempre -levanté las manos en obediencia, aunque me dolía. Lo ignoré por una semana, lo iba a poder seguir haciendo por toda una vida.

El lunes, otra vez, nos veíamos de reojo. Una mirada corta, pero intensa, llena de sentimientos.

Durante la clase me escribió un papelito.

"ey, hay algo q te haya dicho en la fiesta? me acuerdo q hablamos pero no se q te dije, fue muy pelotudo?"

¿Qué le contesto? Si le contaba lo que me había dicho no me iba a creer, pero debía decirle la verdad. No podía seguir dándome tantas vueltas. En fin, mi respuesta fue:

"no, solo te pregunte si podias llevarme a casa xq no tenia auto, pero me llevo madison"

Mientras le pasaba el papel, la profesora justo se dio vuelta. Nos amenazó con que dejemos de pasarnos papeles, y ambos asentimos.

Jason, sin embargo, se quedó hablando con Nicholas, pero por alguna razón, la profesora en vez de retarlo a su amigo, me retó a mí. Para no discutir, asentí. Hasta que después de una gran carcajada de Jason, nos miró a los dos y nos dijo:

-Wolff y Trace, no digan que no se los advertí. A dirección los dos.

Within Hate (Español)Where stories live. Discover now