𝐏𝐀𝐑𝐀𝐍𝐎𝐈𝐃 | e.m. (en edición)

twenty four

"nerds"

- ¿Crees que puedas llevarme a mi y a Dustin a nuestra campaña de D&D esta noche? - Le hizo ojitos para intentar convencer a su padre de mover su trasero de el sótano un sábado por la noche.

- ¿Van Halen no puede llevarlos? - Preguntó mientras pintaban, con sumó cuidado de no pasarse, una figurita.

- Paaaa - Insistió, dejando caer su cabeza sobre la mesa de trabajo. Rogando silenciosamente.

- ¡Muy bien! - Respondió - Pero no te esperare, así que date prisa - Le advierto, Angie sonrió victoriosa y beso su mejilla ruidosamente.

- ¡Yo prepararé la cena! - Grito mientras subía las escaleras para subir hasta la planta principal. Entró a la cocina mientras encendía la radio y se ponía su mandil rosa con fresitas en ella.

Todo lo sucedido con Eddie en la última semana la había mantenido de un buen humor, no podía evitar pensar en cada momento de el sobre el metalero de cabello desordenado y rizado.
No eran pareja, no habían tocado el tema de serlo tampoco, pero sentía que el momento se aproximaba.

Abrio las bolsas con las compras que había hecho en la tarde, todo lo que necesitaría para la cena de el Hellfire club, la cena de su padre y un pequeño postre como extra. Saco las barras de pan y comenzó a armar los distintos sándwiches, de jamón, de pavo y unos vegetarianos.

Los empacó todos y los metió dentro de una bolsa que dejó en el refrigerador, no quería que se echaran a perder por el calor. Saco la harina y la cocoa para comenzar a preparar unos brownies. Tomó los utensilios que anteriormente usó para preparar los sándwiches y lavo un par de cucharas y el cuchillo por que los necesitaría, pero se vio distraída por unos toques en la puerta principal. Un leve corte en la palma de su mano ocasiono que el agua de la llave se tolera de rojo carmesí cayendo sobre los platos sucios.

Jadeo ligeramente de el dolor y tomo la toalla de la cocina, con la que solo secarse las manos, la envolvió alrededor de la palma de su mano y camino por el pasillo para abrir la puerta.

- Dustin, creo que llegaste antes - Se hizo A un lado para que el menor pasara. El chico de rizos tenía dos bolsas de compras repletas de comida chatarra en ambos manos.

- Me aburría en casa - Entro a al hogar de Angie, siguiendo su presencia hasta la cocina donde deja las bolsas de comida - ¿Qué hacías? - Miro todos los materiales con ojos curiosos - ¿Estas bien? - Miro su toalla alrededor de su mano, con una ligera mancha roja en esta.

- Brownies para los chicos - Respondió siendo consciente de que los hombres comían mucho y siempre era mejor llevar algo extra, los había visto con sus propios ojos deborar toda la comida a su paso - Estoy bien, solo me distraje y me corté - Dustin tomó asiento frente a ella, en la isla de la cocina, y observo todo lo que hacia mientras le explicaba la receta paso a paso.