Las noches son mágicas

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-Yo tampoco -fuerza una sonrisa-. Necesitaba estar con...

Se calló antes de terminar la frase, así que la terminé yo con lo que creía que iba a decir.

-Con alguien.

-Contigo -apoya la cabeza en la pared-. Ya te dije que me cuesta expresar mis sentimientos.

-Creí que no querías saber nada de mi -me atreví a decir-. Entendería que te alejaras si es por lo que te conté la otra noche. Al fin y al cabo, cada uno es como es.

-Deja de pensar eso -me agarra la mano-. Eres la única persona con la que puedo estar sin avergonzarme.

Odio no saber qué decir en este tipo de situaciones.

>>Simplemente tuve problemas personales y preferí estar solo.

-Cuéntamelo. No soy muy útil, pero sé escuchar.

-Miau.

La señora Norris pasó por delante nuestra persiguiendo una mosca o algo así, porque fue veloz como un rayo.

-Vamos a mi habitación, hay demasiados oídos por aquí.

Nos levantamos de la dura piedra del suelo y fuimos hasta su habitación. En ningún momento me soltó la mano, y con eso pude notar que a veces apretaba un poco su agarre, tal vez por tener algún pensamiento malo.

>>Snape -le zarandeó.

-¿Qué quieres? -preguntó medio adormilado.

-Que te vayas. Necesito estar a solo.

Severus abrió los ojos y dirigió la vista hacia mi.

-No voy a perder horas de sueño porque queráis demostraros el amor mútuo que os tenéis.

Menos mal que la habitación estaba oscura, porque mis mofletes estaban como un sol rojo de solsticio.

-No es eso, idiota. Solo voy a hablar con ella.

-Podéis hablar mañana.

-______, sal un momento.

Hice caso como un militar y salí de esa habitación. No sé qué palabras mágicas le dijo Regulus a Severus, pero salió cinco minutos más tarde. Entonces pasé y Regulus cerró con pestillo.

-¿Puedo saber qué frase mágica le dijiste?

-No -responde tirándose en su cama.

Eeeeh... vale. ¿Y ahora qué se supone que tengo que hacer? ¿Tengo que empezar a hablar yo, o lo hará él?

>>Puedes tumbarte.

-No, gracias.

Se levantó y me cogió en volandas para tirarme en la cama.

-Así mejor -dice satisfecho tumbándose a mi lado-. ¿Quieres beber algo?

-Estás nervioso.

-Que va.

-No era una pregunta.

Eso le hizo tragarse sus palabras y meditar las siguientes.

-Es que no sé como contarte esto -se sentó y apoyó la espalda en el cabecero. Yo hice lo mismo-. Es todo muy subrealista.

-Subrealista es que los muggles viajen en coche en lugar de escoba.

Eso hizo que se riera.

-Tuve problemas en casa -suspira-. Mi hermano se fue a principio de verano. Todos creían que volvería, pero yo sabía que no. Mi madre aún llora a veces; incluso guardó todas las fotos y le quemó en nuestro árbol genealógico -hizo una pausa-. Soy consciente de que cada noche abre el adorno que tiene colgado al cuello y ve nuestras fotos.

Regulus Black y tú [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora