19 - Bajo la Luz de la Luna.

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Si. Viéndolo así, realmente no tenía razones para considerar el desenlace de ese día como uno favorable, teniendo en cuenta que la noche aún no terminaba. No es que eso fuese importante de todos modos.

Se sentía bien.

—¡Oye, oye, ten cuidado Gato! —La ruidosa voz de Red le pilló desprevenido, al igual que a una buena cantidad de animalillos que salieron corriendo luego del estallido—. No vayas a dañar mis flores.

—Bah. Como si fuera necesario. ¿Has visto en qué estación estamos?. Vamos, que es un milagro que esas flores sigan vivas siquiera.

—¿Ahora la vas a agarrar en contra de las plantitas?

—Para serte completamente honesto no sé por qué seguimos discutiendo. Digo, lo que sea que lo inició ya lo resolvimos hace como diez minutos.

—A. —Soltó en corto el de armadura—. Yo solo estaba haciéndolo porque era divertido. La verdad no recuerdo por qué empezamos.

—Bruh... Ya ni siquiera me sorprende.

Ahora sí que Arck se rió, en voz baja para no interrumpir, pero lo hizo.

Esos dos, se nota que se sentían cómodos.

Lo que es más, en poco tiempo esa comodidad aumentaría, ya que como lo sugería aquel comentario acerca de las flores, en este preciso instante estaba en el tramo final de su jardín delantero.

No es que tuvieran un jardín trasero, pero eso sonaba mejor que "jardín" a secas.

En fin, estaban felices por volver a casa, incluso si no podían ver los rostros de todos sus familiares cada que entraban a la misma.

Siguiendo ese rumbo, uno por uno los Dioses se hizo camino dentro de la propiedad, susurrando pequeños "Estamos de vuelta". Si parecía una tontería ya que eran los únicos ahí, pero ellos creían que era un hábito agradable así que lo conservarían.

Tuvieron que ponerse a encender todas las luces antes de nada, pero al terminar finalmente fueron capaces de suspirar y, ahora sí que si, entrar en modo reposo.

—Hogar dulce hogar. —Dijeron casi al mismo tiempo, seguido de una risa grupal y el regreso a sus actividades individuales.

Se hallaban todos en la sala de estar, sentados cada uno en un sofá de los pocos que tenían por el momento. Sus ocupaciones también eran distintas, pues podíamos ver a Arck tranquilamente bebiendo café - si, un tanto raro, pero no le haría efecto de todos modos así que meh. - en su puesto mientras que Red se preocupaba por decorar metafóricamente un libro que los demás no sabían exactamente de dónde sacó - probablemente Miku si tenían que adivinar. - y por último a Mister, quien mantenía todo más pequeño y solo estaba jugando en su teléfono.

—Je...Sigo sin acostumbrarme.

Azúl y Negro dejaron lo que hacían e inmediatamente posaron toda su atención sobre Rojo.

Momentos dónde Red decidía que habían tenido suficientes tiempo en silencio no eran extrañas, pasaba todo el tiempo que ninguno tenía algo relevante que decir y por ello se la pasaban juntos pero inactivos, y tal parece que Elfheim hizo de su misión evitar esos momentos. Pero esta vez era diferente.

Que él dejara las bromas de lado por cortos periodos de tiempo tampoco era raro. Estaban hablando de Red después de todo, era natural que quisiera hablar con algo más que su cerebro de vez en cuando.

—Estar así, tan estático, en un solo lugar y por tanto tiempo. —Sus palabras, las cualidades de su tono de voz y el volúmen dieron mucho de que pensar en un inicio. Por suerte no por tanto tiempo—. No ser capaz de ir y venir... Y no tener a Blue cerca es tan... Inusual.

Tutores DivinosWhere stories live. Discover now