—No, Daren —le dijo ella con un nudo en la garganta. —Las cosas no siempre van a salir como tú quieres. No está vez. Lo nuestro... se acabó, solo fue una aventura nada más —. Y después de decirle eso, se alejó de él para encontrarse con Akhiel en el pasillo, quién la había estado buscando con desespero después de que ella desapareciera de manera sorpresiva.

Daren quería ir tras ella, pedirle más explicaciones que tan solo esas palabras cargadas de dolor, uno que se negaba a sentir. Pero apenas si pudo coger aire y mirarla irse, quedándose justo en el lugar, con ambas manos en puño a los costados de su cuerpo, mientras negaba y miraba el cielo como sí este mismo pudiera darle consuelo.

Antes de salir del palacio, Seph y Daren habían sido convocados en el antiguo salón, dónde solían entrenar cuando los demás guerreros se encontraban luchando contra los espectros o hacían cualquier cosa, menos misiones importantes.

En medio de la estancia, dos miembros del consejo los esperaban, Yael y Aster.

Ese último, un ángel muy poco conocido en Celesty, el cual no hacía mucho acto de presencia por los alrededores del palacio, ya que se decía que debía vigilar el mundo de los humanos. Siendo un ser bastante sigiloso para que así las criaturas de la noche no lo descubrieran, además de mantener un bajo perfil ante los mortales.

Todo en él un misterioso enigma.

Nadie ni siquiera los miembros del consejo conocían su lugar de origen, aunque la mayoría de los ángeles podía afirmar que se trataba de un ser que no pertenecía al Cielo por su llegada extraña e inesperada. Incluso había rumores de que algo muy terrible estaba a punto de comenzar.

Todo eso sucedió, cuando una noche de eclipse lunar, uno muy poderoso, los espectros salieron de su escondite, de Yukhal para poder conquistar el mundo celestial, pero el escuadrón y algunos miembros del consejo pudieron retenerlos, mantenerlos bajo control, no fue hasta que algo terrible sucedió.

La oscuridad absorbió poder de alguna parte del mundo y toda esa maldad se esparció por todo el lugar, muchos guerreros cayeron bajo los encantos de esa crueldad, pero todo cambió cuando Aster apareció.

La escena ante él era catastrófica, sin mencionar que al ver a un grupo de niños ángeles luchando contra los espectros se le encogió el corazón. Tal vez, en el pasado, él hubiese hecho lo mismo sí hubiese visto como asesinaban a sus padres, así que entendía muy bien esa masacre.

O al menos, eso es lo que le hicieron creer.

Y sin pensarlo dos veces, con un simple chasquido pulverizó al enemigo, algo que causó terror en los habitantes de Celesty.

¿Cómo alguien como él había podido terminar con más de diez espectros a la vez?

¿Quién era él?

¿Cómo es que un mundo como Celesty había sido salvado por un desconocido que apareció de la nada?

Un ángel con una visión extraordinaria, capaz de ver más allá que el simple hilo de la vida.

Con el don peculiar de ver las almas de esas personas que dejaron el mundo terrenal, aquellas que no pudieron encontrar la paz, siendo así el ángel de la muerte, sin embargo, al ser un poder peligroso no todo lo que sus ojos veían tenía buenas intenciones, ya que también existían entidades que no se sabía de dónde venían, no eran como las que ya conocía.

Los espíritus que había conocido a lo largo de su vida como guardián, eran seres que se dejaron llevar por sus pecados, los cuales lo llevaron a la perdición. Estos podrían anhelar volver a renacer, seguir viendo a sus seres queridos, pero no harían más que solo mover los objetos y cuidar de ellos. Ni siquiera serían capaces de ayudar a nadie sí lo quisieran.

DarephDonde viven las historias. Descúbrelo ahora