Al tenerla a unos pasos, se dispuso a comenzar con su juego.

—Agraciada dama, no esperaba encontrarla entre las sombras de la ciudad de la luz, ¿aún me recuerda? Bailamos hasta el alba, nos entregamos el uno al otro y forjamos una promesa, la de encontrarnos siempre a la luz de a luna... —Sonrió con gracia.

La mujer se hallaba ensimismada, las palabras calaban su corazón, una tras otra le aviavabn el recuerdo del hombre que prometió volver a verla desde hacía más de un siglo, pero que este no había regresado. Tenerlo allí en sus narices le provocó una gran excitación, deseos de un beso, de abrazarlo, de dejar sus pretenciones de lado aunque fuese por un aciago momento en el cual tendría el amor por el cual le había rogado a los dioses...

Las imagenes de sus deseos fueron captados por Rizevim desde el momento en que la vió, por lo cual lo aporvechó para cubrirse con algo de magia y darle lo que estuviera buscando, de esa manera también obtener la información que necesitaba.

La agarró de las manos y depositó un beso en la unión entre ellas, con eso bastó para que cayera en sus brazos y le susurrara absolutamente todo lo que había acontecido en su vida a lo largo del siglo y cuanto esperaba su regreso , de igual forma, el hechizo que le llevaría dentro.

Al poseer toda la información, Rizevim la tompo en sus demoniacos brazos para asi alejarse del lugar y en un callejón lo bastante alejado, sacarla de su trance  y analizar la mirada de horror que recorrió todo su ser que le hizo sentirse fascinado y orgulloso, en especial al recordar las palabras de su madre. "Los demonios no son héroes o seres con sentimientos más allá de la pertenencia, solo arrebatan lo que les pertenece, con brutalidad, con sevicia, no son seres llenos de bondad y eso lo entenderás con el tiempo".

Transformó sus uñas en largas garras con las que amenazó a la mujer pasmada contra la pared y esta intentó correr, antes de que el mismísimo hijo de demonio le clavara las garras en la garganta y cayera al suelo mientras se desangraba y este la dejara allí sin acatar los bramidos que salían expulsados de la contraria.

Volvió a posicionarse frente a la alcantarilla y susurró el conjuro, al segudo una leve marca se formó en su mano derecha, tomando la forma de una corona de espinas, la corona de príncipe que alguna vez fue suya. El hueco se abrió y lo engulló tan rápido que no pudo sumergirse en sus recuerdos antes de aparecer en una de las cámaras repletas de huesos humanos.

—Bienvenido, futuro rey de los demonios, ¿qué podemos hacer por usted? —una aterciopelada voz le saludó detrás suyo.

Se dió la vuelta para darse cuenta del espectro anfitrión, un humano que parecía ser perteneciente de la época en la que se construyeron las catacumbas, apenas era visible su rostro y no pudo determinar si este estaba molesto por hallarlo allí o si había algo más.

—Muchas gracias, mi estimado. Solo busco la manera de traer a la vida a ciertos artefactos que me pertenecen —Mintió.

El espectro solo asintió para señalarle una de las calaveras apoyada en la pared a su lado derecho, diferente a las otras, con cuernos sobresalientes de sus sienes, parecía ser un demonio. Esto no le causó el menor miedo, hasta que observó una imagen que bailaba en las cuencas de la calavera.

Una joven de apenas 14 años con el cabello castaño que corría lejos de algo o alguien, le pareció extraño hasta que se vió, de rodillas, rogandole que no se fuera y a ella renegando de espaldas antes de salir corriendo de la escena, dejándole una de las peores frases que pudo escuchar...

"Nadie nunca te amará, eres un demonio, y yo no seré parte de tu codicia"

La visió desapareció, dejándole una extraña opresión en el pecho, sus lágrimas descendiendo por las mejillas y el corazón latiendo como loco. Esto no podía ser real, no dejaría que esto sucediera. Volteó a ver al espectro.

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⏰ Last updated: Jul 10, 2022 ⏰

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