Capítulo 2

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Unas horas antes.

Harry.

Se suponía que esto iba a ser divertido.

Dejé las cajas sobre el suelo de lo que iba a ser nuestro nuevo hogar. Nunca me gustaron las mudanzas.

—¿Es todo? —reproché.

—Casi, faltan algunas cajas en el camión.

—Mamá —solté—. Te dije que no era necesario traer demasiadas cosas.

—Eran necesarias, hijo —sonrió—.

La miré con sarcasmo, negando con mi cabeza.

—Bien, voy por ellas —solté de mala gana y cansado.

Fui al camión de mudanzas dispuesto a sacar lo que faltaba, hasta que vi unas pequeñas piernas que sobresalían de las puertas del camión.

—¿Necesitas ayuda? —pregunté con una sonrisa.

—¡No! —se escuchó con eco—. ¡Ya casi lo saco!

Después de tantos intentos por sacarlo, escuché un jadeo de rendición.

—Mmm... Ayúdame...

Con varias risas de mi parte, agarré en brazos el cuerpo de ese pequeño niño poniéndolo frente de mí.

—Luke, tú no puedes llevar esas cajas tan pesadas.

Luke. Era mi hermano menor por trece años, tenía el mismo cabello castaño que el mío, ojos verdes, pero con dos pequeños hoyuelos que se formaban en sus mejillas cuando sonreía.

—Pero quería ser igual de fuerte que tú. —protestó con una pequeña mueca.

—Campeón, apenas tienes seis años, ya habrá tiempo de que estés fuerte, incluso serás mucho más que yo.

—No es justo... —hizo un puchero.

Besé su mejilla unas cuantas veces, adoraba a este niño.

—Basta de lamentos, llevemos estas últimas cajas para ir con mamá y elegir nuestras habitaciones.

—¡Yo elegiré la más grande! —gritó con fulgor.

Y así fue. En cuanto dejé las últimas cajas en el salón, tanto mamá, yo y Luke salimos corriendo, subiendo las escaleras, mirando de reojo que habitación parecía la más cómoda y grande. Luke se quedó con esa, yo con una promedio al igual que mamá.

—Te gané. —soltó Luke orgulloso.

—Te dejé ganar que es muy diferente.

Ambos nos reímos.

—Tu padre de seguro no hubiera aceptado que nos mudemos —dijo mamá suavemente viendo por la ventana de la habitación de Luke.

Mi mirada se suavizo y un suspiro salió de mi al escucharla, la entendía perfectamente.

Me puse detrás de ella, rodeándola con mis brazos con una sonrisa triste.

—Pero estaría muy orgulloso de nosotros —susurré—. Apuesto que donde sea que esté esta feliz, feliz porque seguimos adelante.

Mi padre había muerto cuando apenas tenía trece años, meses después del nacimiento de Luke.

—Lo extraño muchísimo... —se le quebró la voz.

—Mamá... —la abracé, intentando darle todo mi apoyo y amor—. Yo también lo extraño, pero no estas sola estamos Luke y yo.

Mi hermanito que un momento sus ojos se volvieron llorosos se había unido al abrazo. Tal vez no conoció a papá, pero no dudaba que lo guardaba con cariño en su corazón por todo lo que mamá y yo le contábamos de él.

Enséñame a querer de nuevo (ChicoxChico)Where stories live. Discover now