8: Freys y Mortem [+18]

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—Principios de una coñaza es lo que tienes más que ganado de mi parte, Aaron.

—Espera. —Aaron frunció el ceño—. ¿No que él no te gusta? ¿Qué haces celándolo?

—¿A quién mierda no le gusta Azrel? —saltó ella, como si la sola mención fuese ridícula—. Que no pretenda cogérmelo no significa que lo voy a entregar servido para que otro aproveche.

—Eres rara. Y te lo digo yo, que bebo sangre para sobrevivir.

Poison le echó un jalón de pelo al chico que mantuvo su rostro doblado y el cuello en tensión, pero no borró su sonrisa.

—Quiero irme tranquila de esta habitación, y no podré estar tranquila hasta que me digas que aunque se te lance encima no le tocarás ni un pelo.

—No te voy a mentir —repuso Aaron con firmeza—, no cuando nuestra amistad apenas florece. El que avisa no traiciona.

Poison lo volvió a abofetear.

—Eso me está gustando, ten cuidado —dijo el chico a pesar de que tenía el pálido rostro marcado por las huellas rojas de las manos de Poison—. No quiero que Azrel me deshuese, solo que me desnude.

Poison cerró los ojos e inspiró profundo.

—Puedo pasar toda la maldita noche en esto, Aaron, y no quiero, así que no me obligues a usar el plan B.

Aaron abrió los ojos con horror, dolor y decepción. Parecía que acababa de recibir una puñalada en la espalda por el amor de su vida.

—¿Te atreverías a esconderme los confleys?

Poison aguantó, o al menos intentó fervientemente hacerlo, pero al final sus mejillas estallaron y la risa salió a borbotones desde sus entrañas.

Se desplomó sobre Aaron con los brazos alrededor de su cuello, su risa en etapa cumbre, su aliento haciendo cosquillas en el cuello del vampiro.

—Te amo con mi vida, Aaron Jesper. Cógete a quien quieras, yo a ti te perdono todo.

Aaron inclinó el rostro sobre el de Poison, reposando para disfrutar su risa. Inspiró el aroma de su cabello un segundo con los ojos cerrados. Tuvo demasiado contacto físico a lo largo de su vida, pero eso era lo más cercano a un abrazo que había recibido. Y se sentía raro, precisamente porque nunca imaginó que podría gustarle.

—Gabriela... —pronunció Aaron con la vista perdida, como si degustara cada letra—. Nombre de puta. No sé por qué lo cambiaste si te define perfecto.

El rodillazo que la mentirosa le dio en el estómago dejó a Aaron doblado, sin una brizna de oxígeno en los pulmones, y casi aullando del dolor.

—Buenas noches, zancudo —dijo ella al levantarse y caminar hacia la puerta.

—¡¿No me vas a desatar?!

—Dije buenas noches.

—¡Al menos tráeme confley!

~♟️🖤♟️~

Al Poison salir notó que había una persona pegada a la pared contigua del pasillo.

—¡Maldita puta seas, idiota de mierda, me asustaste!

Azrel permaneció tranquilo, sus brazos cruzados, una de sus piernas pegada a la pared. Miraba a Poison desde la penumbra como si no necesitara iluminación alguna, sus ojos parecían ver incluso a través de su ropa.

Poison, quien a pesar de haber pasado el susto no respiraba más tranquila, se hizo a un lado de la puerta y se recostó de la pared frente al griego.

—¿Ahora me persigues?

Nerd 3: rey del tablero [+18]Where stories live. Discover now