Capítulo 1 : Una Aventura por avaricia

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El viento gélido azotaba sus rostros curtidos por la sal y el sol mientras Dimur y Matt se aferraban a la barandilla del bote. Las olas, como montañas de cristal líquido, amenazaban con engullirlos en su furia helada. La tormenta, una diosa vengativa, rugía con truenos ensordecedores y rayos que desgarraban la oscuridad.

Dimur, con 28 años a sus espaldas y una mirada aventurera en sus ojos oceánicos, sujetaba con fuerza el mapa que los había guiado a ese infierno congelado. Un viejo mapa, de tela áspera y tinta descolorida, comprado a un misterioso hombre encapuchado de gris en un bullicioso mercado. Un mapa que prometía un tesoro pirata, escondido en las profundidades de la Antártida.

A su lado, Matt, su hermano menor de 24 años y mirada más cautelosa, observaba el cielo encapotado con recelo. Un presentimiento inquieto le roía las entrañas.

Matt: Dimur, ¿no crees que esto es una locura? El mar está furioso, la tormenta es peor de lo que imaginamos.

Dimur: Cálmate, hermano. Este bote es tan duro como un iceberg. Además, ya casi llegamos. Solo hay que llegar al punto marcado en el mapa, echar un vistazo y si no hay nada, volvemos a casa.

Matt: Eso espero. No quisiera terminar congelado como un par de pingüinos en esta maldita aventura.

Dimur sonrió con una mezcla de confianza y determinación. Su espíritu aventurero era como un fuego que ni la tormenta más feroz podía extinguir.

Dimur: Confía en mí, Matt. Esta vez, el tesoro es real. Lo siento en los huesos.

Matt suspiró, resignado a seguir a su hermano en esta nueva odisea. Ajustó su equipo de buceo, revisando cada correa y hebilla con meticulosa atención. No quería que una falla técnica lo condenara a las gélidas aguas antárticas.

Matt: ¿Estás listo ya? ¿Llevas la cámara para grabarlo todo?

Dimur: Sí, todo listo. Cámara en mano, lista para capturar las imágenes del tesoro que nos hará millonarios.

Matt: Espero que no sean las tomas de nuestro funeral.

Con una última mirada al cielo tormentoso, Dimur se sumergió en las oscuras aguas heladas. La tormenta rugía sobre él, como un lobo hambriento aullando a la luna. La cámara, su único testigo, registraba su descenso hacia lo desconocido.

En la superficie, Matt observaba con una mezcla de temor y esperanza la silueta de su hermano desapareciendo en las profundidades. La tormenta se intensificaba, azotando al bote con saña. Solo el tiempo y el destino sabrían si Dimur regresaría con el tesoro o si se convertiría en otra víctima del mar implacable.

Dimur descendió hacia el lecho marino, la oscuridad envolviéndolo todo. A 30 metros de profundidad, el paisaje submarino se reveló ante sus ojos. Un círculo de majestuosas columnas se alzaba desde el fondo océanico, con una roca roja incandescente en el centro.

Dimur: (Asombrado) Hermano, ¿estás viendo lo mismo que yo?

Matt: (Cautelosamente) Sí, lo veo, pero ¿qué es exactamente?

Dimur: No lo sé. Parecen ruinas, con más columnas alrededor. Y hay símbolos tallados en la piedra.

Matt: Voy a enviar un pulso para obtener una mejor imagen en la pantalla y ver qué encontramos. Prepárate, Dimur, sentirás un pequeño cosquilleo.

Dimur: ¡Adelante, lánzalo!

Matt activó el pulso, liberando una onda de energía que barrió las ruinas. La imagen en la pantalla reveló una estructura colosal, una placa gigante sostenida por una figura de piedra como un gólem de cuento de hadas. La comunicación se cortó durante unos minutos mientras el pulso escaneaba el lugar.

Dimur: (Impresionado) Esto es increíble. Son una serie de columnas, la mayoría intactas, aunque algunas están deterioradas por el paso del tiempo.

Matt: (Alegremente) ¡Por fin se restablece la comunicación! Dimur, ¿me escuchas?

Dimur: ¡Sí, te escucho fuerte y claro!

Matt: Aparentemente, es una estructura de piedra como una estatua con una placa en la parte superior.

Dimur: ¿En serio? ¡Esto nos hará súper famosos y ricos!

En ese momento, una extraña lectura llamó la atención de Matt.

Matt: (Preocupado) Dimur, hay algo raro. Estoy recibiendo lecturas de energía similares a las de un volcán submarino, pero lo extraño es que está concentrada en un punto muy pequeño.

Dimur observó de cerca la roca roja en el centro de las columnas. Su resplandor se intensificó y las líneas que conectaban cada columna se iluminaron como lava hirviendo bajo el agua, activando los símbolos a su paso.

Dimur: (Con temor) ¡Hermano, está pasando algo extraño aquí. Las ruinas... ¡se están incendiando!

Matt: (Urgentemente) ¡Salgamos de aquí!

El mar comenzó a agitarse aún más y las nubes se oscurecieron tanto que apenas unos rayos de sol lograban atravesarlas.

Matt: (Desesperadamente) Algo malo va a pasar. Fue mala idea venir. Date prisa, Dimur, debemos irnos ya.

Dimur ascendió a la superficie mientras Matt luchaba por arrancar el bote. Un pulso de energía de la roca roja deshabilitó el equipo de la embarcación.

Matt: (Frustrado) ¡No sé qué pasó! El equipo no funciona. Es como si el pulso del bote hubiera recibido una respuesta.

Dimur: ¡Tenemos que irnos! ¡Arranca el bote de todas formas!

Matt: (Determinado) ¡Eso intento, pero el motor no arranca! Te dije que no era buena idea venir.

Un remolino se intensificó alrededor de las ruinas, arrastrando el bote hacia su centro. La impotencia y el miedo se apoderaron de ellos al enfrentar un destino incierto.

Dimur observó con horror cómo el remolino se intensificaba, arrastrando el bote hacia su centro. La impotencia y el miedo se apoderaron de él mientras se aferraba a la barandilla.

Dimur: (Murmurando) No saldremos de esta. La he fastidiado. ¡Lo siento, hermano!

Matt, a su lado, lo miró con una mezcla de tristeza y resignación.

Matt: No lo sientas, Dimur. Vivimos bien y estuvimos juntos hasta el final.

Los dos hermanos contemplaron cómo el remolino los engullía, acercándolos cada vez más al fondo del mar. Los escasos rayos de sol se desvanecieron, reemplazados por un intenso rojo que emanaba de las ruinas. El agua comenzó a hervir a su alrededor, y Dimur observó incrédulo cómo las piedras ardientes absorbían el agua, dejando un vacío a su paso.

De repente, un destello de luz cegadora los envolvió. El cielo se tiñó de un rojo sangre y el mar rugió con una furia apocalíptica. El bote quedó suspendido en el aire por un instante, como sostenido por una fuerza invisible.

Y luego, la caída.

Hundiéndose en el abismo.

¿Qué destino les aguarda a Dimur y Matt en las profundidades del mar?

Continuará...

ASRRA: Dimur "Español"Where stories live. Discover now