Cuando él me toca,
toda mi piel se tensa,
mi vello se eriza,mis poros se abren.
No siento las caricias en el lugar donde se han hecho, sino en un lugar que jamás (y no porque yo no quiera) tocará.
Y cuando acerca su cara.
Y cuando se muerde los labios.
Me coje la mano,
me echa el pelo hacia atrás,
me sonríe.O simplemente cuando me mira, desde ese mar verde que son sus ojos,
en los cuales me bañaría sin dudarlo un instante.
YOU ARE READING
Recopilación de versos
RandomNo digáis que agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira. Podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía.