Volteo en su dirección, y apoyo el codo al filo de la ventanilla abierta con la intención de descansar mi mejilla en mi puño cerrado. Jacob parpadeaba intentando que sus ojos se despejaran por completo, y a decir verdad, no parecía realmente interesado en mi estado emocional.

Pero lo intentó.

- No – me sincero.

- Fuiste realmente dura con Dereck.

Relamo mis labios sintiendo como todo el peso de mis acciones se volcaban por todo en mi cuerpo, como un boomerang.

- Lo sé – reconozco -. Todavía estoy pensando en si haber dejado a Eren en el mismo lugar que Dereck fue una buena idea.

- Algo me dice que uno de los dos terminará en coma, y agradezco no ser esa persona por primera vez – comenta irónico.

Suelto una risa simple reconociendo como Jacob siempre suele ser el contrincante pasajero de Pierce así como aquella golpiza en Ring aun seguía grabada en mis retinas, pero al segundo se apaga por mis pensamientos contantes.

Tenía miedo, miedo de que ese maldito diálogo aun siguiera en mi cabeza y no pudiera soltarlo después de tanto tiempo. Él me aturdía. La voz de esa persona, la misma que me había heredado el apellido, todavía retumbaba en mis tímpanos como si estuviera a mi lado constantemente.

- Jacob.

- ¿Qué?

- Tengo miedo – admito -. Realmente temo convertirme en su copia.

El coche se detiene en el semáforo en rojo, dándole el tiempo suficiente a rotar su cabeza y centrarse en mi figura retraída, pensativa y temerosa.

- ¿De qué hablas?

- Él – digo -. Mi padre me dijo que me convertiría en su copia.

- Bueno, si te pareces mas a él que a tu madre la verdad...

- No hablo de apariencias – detengo sacudiendo mi mano frente a sus ojos -. Él me juro que algún día me convertiría en lo que es hoy y... cuando miro a Dereck, lo único que puedo pensar es en Zack.

Trago grueso, dejando fruir aquel pensamiento negativo, volviendo a sentirme miserable.

Jacob solo me inspecciona con cuidado y entornando sus ojos, puedo ver que nuevamente diría alguna de sus tantas molestas ocurrencias.

- Bueno, son gemelos...

- Estoy hablando en serio, Jacob – elevo la voz disgustada.

El semáforo da luz verde, y con tardía el coche se pone en movimiento. Para nuestra suerte, era el único vehículo en movimiento por la zona.

- ¿Te refieres a que terminaras en la cárcel como él? – pregunta intrigado, colocándose por primera vez en el día en el papel de adulto responsable que debía ser.

- Y quizás llegue a matar a una persona – reconozco, y siento sus ojos penetrarme desde el asiento del conductor -, y a la única persona que quiero matar es a Zack.

El silencio reclamo su puesto por unos extensos segundos, hasta que Jacob, luego de una larga inhalación que rellenó sus pulmones sanos, decide hablar.

- Tu padre fue el que inicio todo esto, Samanta.

- Y Zack lo continuó.

- Pero él solo quería vengar a su padre.

Suplicarás © (2)Where stories live. Discover now