── Confiar en al alguien ciegamente no es lo mejor. Mucho menos cuando no conoces nada de esa persona, cuando no conoces su pasado o antecedentes. ¿Por qué confiar en alguien quien desde un inicio te dio una mala espina? Quizá por una razón simple...
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No estabas tranquila, no podías dormir esa noche. Te sentías mal por hablarle así a Peter, pero no tenías más remedio, también tú debías poner límites de vez en cuando. La charla que tuviste con Peter te dejo incomoda, te dejo rara e insegura, algo que nunca pasaba, presentias algo y no sabias que era.
Algo que sobresalia de tí cuando aún usabas tus poderes, era tu gran sentido ante vibras de las personas, cuando te concentraba podías deducir en segundos la vibra de la persona e incluso podías indagar en su mente revelando sus pensamientos. Algo que te te gustaba hacer con frecuencia y que a la vez era muy peligroso si no lo sabías controlar. Tenías la sospecha de que todavía tenías esa pequeña esencia y que algo dentro de ti gritaba que Peter no es lo que piensas, pero por el amor que sientes por él, ignoras cualquier advertencia.
• • •
—Vaya, vaya, alguien al fin decidió acompañarnos. Te quedaste dormida esta mañana. No vayas lejos dormilona, las lecciones empiezan a las 10.
—¿Estoy en problemas? — Peter fue a trabajar como un día normal. Ahora se encontraba con 011 en la sala arcoiris.
—¿En problemas? No, porqué crees eso, solo te pierdes la diversión.
—....
Once volteo al ver que Brenner ya había llegado, fue a la fila junto con los niños mientras esperaba que avanzarán.
Por otro lado, tu recién despertabas, rápidamente te arreglaste para llegar a tiempo a la primera lección. Al llegar a la habitación, notaste a Peter hablando con once mientras le ponía el aparato en su cabeza. Te dio curiosidad el que le decía, así que volteaste a ver a Brenner quien parecía distraído, cerraste tus ojos sin perder su posición y escuchaste atentamente gracias a tus débiles pero aun funcionales poderes.
"—No olvides concéntrarte, busca la energía, sientela."
Abriste los ojos y notaste qué le dio una sonrisa. Sentiste que el líquido característico después de usar tus poderes comenzaba a caer, rápidamente te limpiaste para que nadie se diera cuenta. Viste al rubio paseándose detrás de los niños, cosa que no se te hacia normal. Once tenía dificultades para encender el foco, lo intento y todo soltaron una pequeña risa, tu mantenias tu posición seria hasta escuchar a número dos decir algo.
—No sé porque papá le pone más atención a ella, ni siquiera puede con eso.
—Oye, silencio.
Definitivamente, tenias que hablar con tu compañero lo antes posible. Las lecciones de ese día concluyeron, once estaba algo asustada y lo notaste en su expresión, cuando te volteo a ver le sonreíste amigablemente, ella te ignoro.
Estabas preocupada, estabas esperando al rubio en la mesa en la que siempre se sentaban a la hora de la comida, pensabas que le habían echo algo por haber "ayudado" a once, así que estabas ansiosa mordiendote las uñas mientras veías fijamente la cocina. Sentiste una presencia haciendo que rápidamente voltearas, no era nada más ni nada menos que Peter, Peter Ballard.
