Cosa de libros.

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-"¿Alguna vez te preguntaste si leer tenía un lado negativo, querido?-Me preguntó Elena- quiero que sepas que lo tiene, a la vez que te proporciona ideas elevadas sobre la moral, el espíritu, el existencialismo; también te lleva a las más terribles: sus vicios, defectos, miedos. Cosa que puedes implementar para su manipulación, o en tu caso, su sufrimiento".
Me encontraba en un cuarto atado a una mesa de acero, afuera escuchaba la voz de personas atendiendo a su clientela, por lo que escuchaba era una carnicería.
-"¿Alguna vez leíste 1984?"- cuestionó
Sus preguntas eran meramente una manera de divertirse pues me encontraba amordazado.
-"En un inicio pensé echarte al contenedor para que te comieran mis animalitos, pero tuve una mejor idea, matarte consciente, que sufras cada una de las cosas que van a ocurrir en los próximos momentos. Hoy tendrás la oportunidad de conocer a Maribel si es que no se habían visto ya".
Sacó de un costal la rata más enorme que había visto en mi vida-" La he dejado desde el día de ayer sin comer, y es de suponer que este muy hambrienta". Comenzaron a brotarme las lágrimas, temblaba de miedo al ver aquel roedor de tamaño descomunal.
-"A partir de aquí tú serás el parteaguas del negocio,  por primera vez no alimantare a las ratas con carne humana, sino que la cocinaremos directamente, si tiene éxito el proyecto, de aquí en adelante mis animalitos pasarán a segundo plano, en cambio si tu estúpida vida ni siquiera para eso sirvió, volveremos todo a la normalidad. Por cierto eso no significa que mi amda Maribel no vaya a comer un poco de tí, fuiste un imbécil al simular que me ibas a coger para tratar de asesinarme, eso no lo perdonaré. Por ello traje a mi amiguita que al igual que yo es una ninfómana. Te colocaré a Maribel en tu ridículo e inservible pene para que calme un poco de su hambre, al fin ¿qué es un hombre sin su aparato? Un inservible ser humano."- dijo sin quitarme la mirada de los ojos. Mi corazón latía con fuerza, me costaba problemas respirar, esperaba que la vida tuviera misericordia y me diera un infarto antes de vivir todo lo que aquella demente mujer habia planeado.
-"Dejare a Maribel en una jaula unas horas más, olisqueando sangre y comida que dejaré en su respiradero, con el único fin de que este un poquito más ansiosa y  por tu parte sufras cada segundo que pase. Una cosa más, no esperes un milagro, por que te aseguro que no lo habrá"
Elena salió de la habitación.
No tengo idea de cuanto tiempo había transcurrido, me encontraba neurótico, me recriminaba el haber continuado, mi estúpida acción de seducir aquella bruja e intentar asesinarla, el no haberle dado por su lado. Nunca esperé terminar así, lo único que deseaba era prosperar poco a poco, tener una vida más apacible, disfrutar. En cambio, habia pasado unos días de pesadilla en aquel lugar. Para terminar maniatado esperando a que llegará el verdugo con su guillotina.
Se abrió la puerta, había regresado, tomo la carne que estaba en el respidadero y la untó en mis pantalones para después vaciarme un poco de sangre. - "Dejemos marinar un rato la carne"- se burló.
Volvió a salir y comence a tratar de safarme de aquella mesa pero no lograba mi cometido, mis gritos se ahogaban.
Comencé a llorar nuevamente, ahora de rabia, de impotencia, no merecía aquel castigo.
La jaula cayó y escuche salir aquel animal de la jaula, subió rapidamente por la mesa, no sé si la trepó o fue de un solo salto. Se acercaba a mi con cautela, midiendo el peligro.
-"oh, querida, estas hambrienta"- dijo Elena mientras accesaba a la recámara. Escuché como se rasgaba el pantalon, senti la primer mordida, el dolor me fustigó desde el lugar donde habia dado la mordida la rata hasta el estomago. "¡No, por favor, perdón, perdón"- gritaba, sin que palabra alguna saliera de mi boca, más que quejidos de un horrible dolor.
Recibí una segunda mordida, Elena aplaudía.

RatasWhere stories live. Discover now