La fémina no sabía que decir, tenía a una chica frente a ella que le agradecía por la invitación cuando ella no tenía nada que ver en esta, sin poder decir otra palabra la chica rubia saludó:

—Soy Sano Emma un gusto— siguió la rubia que con una gran sonrisa le extendió la mano, la cual tuvo que rechazar —¿Pasa algo?— preuntó la rubia.

—Ah, no me lavé mis manos...— al comentar el de ojos miel se miró la mano y empezó a limpiarla con la falda de la peliroja, provocando un caos, pero risas no faltaban. 

—¡Hey, Mikey! Ven aquí para saludarla, es muy grosero de tu parte— vociferó la rubia.

Giró la mirada y vió a un chico igualmente rubio, que miraba el cielo con una paleta entre sus labios, dió la vuelta y se dirigió hacia la fémina que lo miraba, le llamó su atención.

—Vaya, al parecer tienes nuevos amigos cariño ¿Qué tal si los llevas a tu cuarto a jugar?— comentó desprevenidamente aquella de las frases que más odiaba escuchar —Quiero hablar con el señor Sano

La fémina tenía su lista de las frases que más odiaba y al parecer esta noche repentinamente se le aumentó una:

¿Qué tal si los llevas a tu cuarto a jugar? Si eran niñas, bueno, era pasable. ¿Pero un niño anónimo con cara de delincuente y cuerpo de angelito? 

Típico de adultos que las ven con cara de niñeras cuando no saben ni cruzar la calle.

—¡Sí! Vamos, hace frío aquí fuera...— comentó el joven Baji, recibiendo un codazo por parte de la peliroja.

—Discúlpame, este idiota perdió su delicadeza hace tiempo— susurró la peliroja.

La joven hubiera negado aquella propuesta de su madre, pero ya conocía aquel tono de voz, una voz átona disfrazada, sabía que negaba su orden y para mañana con suerte despertaba con vida. Por apariencia aquel rubio parecía menor, por lo que se procuró darle más atención para lucir "El buen ejemplo".

—Mucho gusto pequeño, soy ____ ¿Cuál es tu nombre?— preguntó mientras se agachaba.

—.... Mikey— respondió fríamente mientras aplastaba la paleta dentro de su boca, como si aquel comentario le causara molestias.

—Pe... Pequeño...— murmuró chico de ojos miel tratándo de contenerse de la risa, al igual que la peliroja como la rubia.

Los 5 subieron las escaleras, para entrar al cuarto era algo incómodo para la fémina: Chicos nuevos entrando a su cuarto. La fémina se molestó hasta de darles asiento mientras los jóvenes miraban cada mínimo detalle cual su objetivo fuera juzgar mas no lo lograron, era un cuarto relativamente normal. 

Nadie se atrevía a abrir la boca ya que no tenían algún tema, el ambiente se ponía cada vez más pesado y el primero en pararse era aquel joven pelinegro con la excusa de ir al baño. Las dos chicas que quedaban se lo quedaron mirando con odio, Baji se había llevado la excusa más fácil. Las dos muchachas que quedaban trataban de inventar alguna otra excusa, hasta que la rubia abrió la boca:

—Iré a comer los bocadillos de queso— comentó Emma, estaba lista para irse, claro, si la mano de su funesto hermano no la interrumpiera.

—¿No eras intolerante a la lactosa?— soltó el pequeño Mikey, pero Emma ya no se encontraba en el cuarto. Asuka, quedándose así, sola. Pero no tardó en la última excusa más estúpida:

—Ah, tengo diarrea me retiro al baño— se paró y se fué. La fémina no le prestó atención, ya que tenía su mirada en aquel rubio de ojos negros profundos, preciosas esferas de vidrio.

—Ya veo...— comentó el rubio mientras se acercaba a la muchacha —¡Estás enamorada de mí! 

Se quedó atónita ante tal conclusión del pequeño que tenía al frente, no tenía ni una pizca de coherencia ese rubio.

—¡Obvio que no, qué te pasa!— expresó indignada, ¿Como era aquel pequeño capaz de mencionar un tema tan delicado? No lograba abrir la boca para un siguiente comentario cuando el muchacho le daba palmaditas en el hombro.

—Vamos nena no te hagas la difícil, soy guapo y lo sé, caliento a todas las de mi colegio— cantó con una orgullosa sonrisa en su rosotro. De verdad que ¿Qué le pasaba a este niño? 

La fémina se ahogaba de ganas de mandar al psicólogo al desconocido, pero la inoportuna llamada de sus padres interrumpió el momento ordenando a que bajen las escaleras, la fémina bajó lo más rápido posible, era una oportunidad para escapar de aquel tumulto. Mientras que el rubio bajaba lentamente, de escalera en escalera con las dos manos en los bolsillos traseros, como si supiera lo que iba a pasar. 

Al estar en el patio los murmullos y risillas vergonzosas se esparcían por todo el lugar, ¿Tenía algo en la cara a caso? Se cuestionaba.

—En primer lugar gracias por venir a este día muy especial, tanto como nuestra familia y la familia Sano— exclamó su padre, con formalidad y una copa de vino en manos —En esta oportunidad nos reunimos con la familia Sano para anunciar que...

"Mi querida e única hija ha sido comprometida con el nieto del señor Sano"

Dijo otras cosas más, pero aquellas 14 palabras eran suficientes para saber que entró en un infierno sin escapatoria, o tal vez un Edén eterno.

Dijo otras cosas más, pero aquellas 14 palabras eran suficientes para saber que entró en un infierno sin escapatoria, o tal vez un Edén eterno

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"Querida ___: 

La verdad, no soy de escribir cartas, pero esta fué sugerencia de Asuka. Quiero recordar todos esos momentos desde el inicio para buscar el error que cometí. No creo que lo leas pero si lo haces desde donde estás, quiero que sepas que te amo."

Yo? Nunca!!Where stories live. Discover now