0002 | año nuevo

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L U A N A       
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diciembre 31, 2021
laguna larga, córdoba

Otro año nuevo y como siempre en Córdoba con mi familia y la de Paulo... aunque no estemos juntos hace años. Todo por el chiquito que nos va unir por toda la vida y que anda por ahí manguendo lo que sea a cada miembro de la familia.

–Susano Gimenez tarda años en producirse —Mariano señala a su hermano entrando al comedor con mala cara.

–Que sorpresa —miro a Paulo.

–Vos, shhhh —me señala y hace el gesto de que haga silencio mientras deja bolsas en la mesa. ODIO.

–Ciao —Luca mira a su papá.

–Que ciao, estás en Argentina querido.

–¿Y? —alza y baja los hombros saliendo de la cocina.

–Que maleducado que es este chico, sinceramente...

–Aprendió de vos.

–Bueno la parejita que se calle, ¿Hoy donde? —Dolo se sienta a mi lado.

–Vos a dormir y ella tiene a su hijo a su cargo... yo me voy lejos de ustedes.

–Se va ir con alguna de las gatas que tiene por todo el mundo.

–Ya tuve a la más gata, vos —me señala—. No hay nadie que te supere.

–Y me perdiste por, justamente, ser otro gato peor... así que ahora te tenés que conformar con lo que hay —me encojo de hombros—. Que lastima por vos, Paulito.

–Son mejores ahora, tranqui.

–Yo soy médica y estoy a poquito de ser cirujana plástica, las otras buscan un futbolista para no trabajar más en su vida... vos fijate que sirve más.

–Te cerró el culo, hermano —Mariano niega con la cabeza.

–Esto ya no es divertido —le da un trago al fernet.

–Y acordate que el chiquito está a tu cargo, hoy es viernes y el pasado lo tuve yo.

–Yo voy a cuidar a mi nene y ustedes vayanse —Alicia sonríe.

–Cuidado que no te queme la casa o te deje en ruina la heladera o la tarjeta, porque manguea a cuatro manos ese pibe —mi hermano lo señala—. Una cosa increíble.

Tan hijo de Paulo.

Me preparo mi fernet alejada de todos, porque si no me lo manotean, y salgo al patio donde mi papá y Gustavo están haciendo el asado.

–Nonna, yo tengo hambre —Luca mira a su abuela—. ¿Cuando va estar?

–Cuando dejes de preguntar... además te acabas de morfar un sanguche, Chino.

–Luca por Dios —lo miro—. Basta.

–¿Que es eso?

–Fernet, salí.

–¿Querés probar? Proba —Paulo señala mi vaso.

–Tiene catorce años —lo miro señalando a nuestro hijo.

–Vos a los catorce años...

–Ya estaba con ese culiado que es tu papá y embarazada —Gustavo señala a su hermano—, pero vos no los imites.

–Que pruebe así se deja de romper las bolas —Paulo le da mi vaso y él toma.

–Igual yo ya tomé —se encoje de hombros.

Quién me mandó a crear a un niñito así.

Cuando está la comida, me siento lejitos de Paulo porque después el flashea y cree que soy yo la que vive pegada a él cuando es totalmente al revés.

Cuando terminamos, levantamos la mesa y ponemos la mesa dulce que no va llegar a las doce.

–La canción de ustedes dos —mi sobrina nos señala a Paulo y a mi.

–¿Querés que te cante Hawái? —Paulo me sonríe desde la otra punta de la mesa.

–No, cállate.

–Pero eso no cambiará que yo llegué primero.

–Que tortura dios mío, no veo la hora de irme.

–Y una semanita de vacaciones, no te olvides —me señala.

Bueno, por lo menos esa semana me voy a reír un poco de las pelotudeces que dicen él y sus amigos.

anyone ; paulo dybalaWhere stories live. Discover now