—Bienvenida usted debe ser la señora Martha.

—Así es, y supongo que ustedes son Daniel y Felipe.

Mi novio asintió y me entregó a Paola para salir disparado por sus cosas.
Ya con ellas se acercó a mi y a mi bebé para despedirse. —Ya me voy Pao pórtate bien, ¿si?— dejó un corto beso en su mejilla para después dirigirse a mi. —Le das de desayunar Dani. Te amo nos vemos en la noche. —dejó un pico en mis labios para dirigirse nuevamente a la señora Martha.   —Le encargó mucho a mi bebé señora, espero que este en buenas manos. —Y así es señor Felipe usted no se preocupe. —dijo la señora Martha asistiendo con la cabeza.

Con eso Felipe salió por la puerta no sin antes hechar un último vistazo hacia atrás, Paola no desaprovechó la oportunidad y le mando un beso con su pequeña manita seguido de un "bay papi" mi corazón se moría de ternura al igual que el de mi novio que con una sonrisa hizo como si atrapara el beso y lo dejó en su mejilla. —Bay bebé. —dijo para ahora si cerrar la puerta y emprender camino hacia su trabajo

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Papi se había ido lo cual me puso un poco triste pero daddy al verme decaída me levanto en el aire. — No estés triste patita. — dijo con una de sus hermosas sonrisas, me bajo para después hacer aire en mi cuello con su boca haciendo que el sonido saliera en forma de pedo provocando que riera.- Vamos a desayunar bebé. —Nos dirigimos a la cosina con la señora detrás de nosotros me asome por el cuello de daddy y la salude con mi mano, la señora correspondió mi saludo con una sonrisa a lo que yo se la devolvi.
Daddy me dejó sentada en mi sillita dejando un plato con fruta picada y yogurt de fresa en la bandeja y puso un babero en mi cuello a lo que yo me sonroje, estábamos frente a un desconocido. —Por hoy comeras tu solita patita, iré a terminar de prepararme en lo mientras puedes hablar con la señora Martha y conocerla mejor. — dijo daddy a lo que yo asenti. Salió de la cosina dejándome con la señora a solas hubo un silencio incómodo hasta que se ánimo a hablar.

— ¿Como te llamas princesa?.— Preguntó para romper el hielo.
— Paola.— murmure teniendo comida en mi boca provocando una sonrisa en la señora.
— Yo me llamó Martha, pero tu puedes decirme mommy o Nana. —dijo sin quitar su sonrisa, daba un poco de miedo. —¿Y Cuantos años tienes nena?. siguio preguntando.

-— D-diesciseis. —murmure bajito sintiendo mis mejillas calentarse.

— ¿Y en el ABDL?.

—Amm... C-creo que nueve o d-diez meses... — respondí nerviosa sin mirarla a los ojos.

—Wow eres muy chiquita. —se le notaba sorprendida, tenía miedo de no tener libertad como los chicos me la daban de vez en cuando.

Hubo un silencio muy incómodo, me sentía rara, aquella señora no paraba de verme con una sonrisa en sus labios, parecía entretenida por verme comer yo sola. Gracias al cielo daddy apareció salvándome de la incomodidad. —¿Ya terminaste patita? — pregunto entrando en la cosina.

—Ya casi daddy. —dije enseñando le mi plato casi vacío. —Dejame ayudarte. —tomó la cuchara y el plato y me dio las últimas cucharadas de yogurt que quedaban en el plato, me sentía nerviosa de tener a una completa desconocida mirando con una enorme sonrisa como daddy me alimentaba, era... Raro.

Termine mi desayuno a lo que daddy me saco de mi silla y me llevó en brazos a la Sala donde estaba instalado un corralito de metal por toda la Sala, dentro tenía almohadas, mantas, peluches, y uno que otro juguete.

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