II: Indoblegable, inquebrantable

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¿Su Gracia?

¿Es un Rey o una Reina?

—¿A dónde me llevan? —ahora tomo yo la palabra—. ¿Quién es su Gracia?

—Pronto lo sabrá, mi Reina. —Hace una reverencia y yo no podría estar más confundida.

No conozco a este hombre, tiene la armadura de un ejército pero las de mis reinos no son similares a esta, su acento tampoco es de ninguna de mis naciones. ¿Por qué dice que soy su Reina?

—¿No vas a presentarte, soldado? —hago hincapié a su cargo, necesito saber quién es—. Es tu deber presentarte ante una monarca.

—En su momento me presentarán ante usted, cuando mi líder principal lo vea necesario. Hasta entonces no puedo revelar ningún tipo de información, lo lamento.

Exhalo una bocanada de aire, el estrés es evidente.

—Y ustedes —ahora empuja con rabia a los otros dos soldados—, discúlpense con su Majestad.

Sin titubear bajan la cabeza apenados.

—Le pedimos sinceras disculpas, Reina Brianna.

—No volverá a suceder algo así. —Agrega, avergonzado conmigo y con cómo sea que se llame su superior.

—Por supuesto que no —sentencio en un susurro entre dientes, reprimiendo mi ira mezclada con confusión. No logro entender qué está sucediendo—. Quiero descansar, me siento demasiado débil.

—Afuera —demanda el hombre incógnito mientras saca a empujones a los otros dos—. Disculpe las molestias ocasionadas.

Y eso es lo último que dice antes de salir y cerrar la puerta. Es obvio que no quiero descansar, fingiré que duermo sólo para que no sigan dándome la infusión para dormir, eso me está quitando vigor.

~•~

En el tiempo en que estoy meditando las cosas, escucho que entran varias veces para cerciorarse de que estoy "durmiendo" y lo que verdaderamente hago es no dejar de pensar en cuál es la razón por la que me tiene aquí. Aunque ni siquiera sé dónde estoy o en qué maldito lugar del mundo me encuentro.

Vuelven a ingresar y continúo fingiendo que duermo, no me remuevo siquiera para que piensen que sigo sumida en inconsciencia. Siento como me cargan para subirme a una carreta, intento abrir sólo un poco mis ojos para ver, tiene una capota de cuero que la recubre, también barrotes que encierran el espacio. Los dos inútiles están sentados dentro, en un par de barriles de madera.

Comienza a andar y pasan aproximadamente cuarenta minutos antes de que comience a removerme para pretender que me despierto.

—Quiero orinar —digo y ambos voltean a verme—, y beber agua también.

Con su garrote golpea el metal de las rejas muy fuerte para que haga el ruido suficiente y el transporte se detiene.

—Abran —pide con fastidio—, la señora tiene necesidades que atender.

Después de un momento, un hombre con el manojo de llaves abre el candado. Me ayudan a levantar porque aún estoy débil y custodian cada uno de mis movimientos, el caballero aseado y con mejor porte que los demás se acerca para darles órdenes que no logro escuchar, me hacen señas para que los siga.

—Van a recoger agua de algún canal o río —me explica—, ya se acabó la que teníamos.

Que conveniente.

—Mientras tanto puede orinar allí. —Señala el tronco de un árbol, que estoy segura no cubriría nada.

—Dense vuelta, ¿o creen que me verán orinar? —enarco una ceja, ofuscada.

Kingdom: Fire will Last [Fire III]Where stories live. Discover now