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Desde que Ayano podía recordar, había nacido sin la única cosa que la hacía verdaderamente humana.
𝙀𝙢𝙤𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨.
No se rió, no lloró, no hizo berrinches ni mostró ningún interés en nada. Nada en ella era humano, incluso cuando su estado biológico decía lo contrario.
𝙀𝙡𝙡𝙖 𝙣𝙤 𝙨𝙞𝙣𝙩𝙞ó 𝙣𝙖𝙙𝙖. 𝙀𝙡𝙡𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙗𝙖 𝙫𝙖𝙘í𝙖.
Mientras su padre se inquietaba y se preocupaba por ella, aunque en él fondo sabía que la historia se iba a repetir; su madre simplemente sonreía y le daba palmaditas en la cabeza cada vez que le preguntaba si le pasaba algo malo.
─ " No eres extraña, Ayano-Chan ~ . "
Su madre tarareó mientras decía la explicación física del amor entre ella y su esposo.
─ " Simplemente naciste para no tener emociones como todas las mujeres Aishi de nuestra familia. Yo era como tú, tu abuela era como tú, tu bisabuela era como tú. ¡Y así sucesivamente! Solo desaparecerá una vez encuentres al único para ti, al igual que cada mujer Aishi encontró a su propio amor. ¡Y finalmente puedes estar completa! Y nunca debes dejar que la verdadera felicidad se te escape, Ayano-Chan, pase lo que pase. "
Pero, ¿Cómo sabría ella si encontró al indicado? Le preguntó esto a su madre, quién simplemente se rió.
─ " Un día lo sabrás, cuando tu mundo parezca iluminarse, tu corazón lata con fuerza en tu pecho, ¡Y comiences a sentirte como nunca antes lo habías hecho! . "
Esas exactamente fueron las palabras que su madre le había dicho todas y en cada una de las veces; ella mantuvo esas palabras en su corazón. Espera a que un día encontraría el que traería vida a su mundo.
Su madre, su amada madre con una sonrisa alegre y un comportamiento amistoso; tan amable, tan pura. Ayano sabía que su madre la amaba... Pero ella era una mujer tan aterradora.
Era fuerte, inteligente, astuta y letal en todos lo aspectos equivocados. De qué otra manera ella habría podido.... Eliminar a todas sus rivales que se acercaron demasiado a su padre, a propósito o no, ¿Y seguir haciéndolo hasta el día de hoy? Su madre los dominó a ambos a mano de hierro bajo esas expresiones imitadas.
Se aseguró de que su esposo se enfocará en ella y solo en ella, ni siquiera queriendo compartirlo con Ayano. Y se aseguró de que Ayano resultara exactamente como ella, transmitiendo le todas las habilidades que Ayano necesitaría cuando encontrará su propio amor; según la tradición de Aishi.
