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Octubre del 2016 — Tianjin.

Yibo tenía a un hombre inmovilizado bajo el peso de su cuerpo.

El hombre era grande, casi tan alto como Yibo, y se apretó contra él agresivamente. Yibo metió una rodilla entre los muslos del hombre, manteniéndolo firmemente en su lugar.

—Vete a la mierda, idiota. —gruñó el hombre. Yibo se apoyó en él con más fuerza.

—Está bien, déjalo ir, Wang. —dijo el árbitro—. Llamaré a detención si no retrocedes ahora mismo.

Yibo soltó la camiseta del otro hombre, levantando las manos inocentemente.

—Hijo de puta. —gruñó el otro hombre.

Empujó a Yibo antes de alejarse patinando de las tablas donde Yibo lo había atrapado.

—Eso no fue agradable. —dijo Yibo después de él.

Yibo podía escuchar los abucheos y burlas de la multitud mientras patinaba hacia el banco.

¡Vete a la mierda, Wang!

¡Eres un puto maricón, Wang!

¡Pedazo de mierda! Etcétera...

Yibo sonrió para sí mismo. Realmente amaba esto. Le encantaba estar y decepcionar a las multitudes. Le encantaban los insultos, los abucheos y, sobre todo, el sonido de una multitud tan destrozada por la actuación de su equipo que ni siquiera podían molestarse en abuchear. Una multitud humillada y sin aliento. Ese era el sonido favorito de Yibo.

La multitud seguía ruidosa en Tianjin. Esta no era una ciudad fácil de silenciar. Tendría que trabajar más duro esta noche para conseguir ese glorioso y devastador silencio que ansiaba.

Se sentó en el banco junto a Yen Xingxu. Xingxu era un delantero veterano. Tenía, algo así, como unos cien años.

—¿Haciendo amigos? —preguntó Xingxu.

—Estoy jugando al hockey.

Xingxu resopló.

Un defensa de Tianjin patinó junto al banco cuando la jugada se detuvo.

—Sigue así y verás qué pasa, Yibo. —amenazó.

—Sé lo que va a pasar. Mi equipo ganará.

—Chúpame la polla, Yibo.

—Seré la mejor mamada de tu vida, cariño. —Yibo le guiñó un ojo.

—Maricón. —se quejó el otro jugador.

Yibo se encogió de hombros. Era verdad a medias. Quizás, como un treinta por ciento cierto.

En ese momento, las pantallas del marcador mostraban lo más destacado del juego Chongqing LF vs. Jiangxi que también estaba sucediendo esa noche. Zhan acababa de marcar un gol. Por supuesto.

Yibo vio las imágenes de Zhan tomando un pase rápido y anotando con la precisión imposible por la que era conocido. Yibo lo vio abrazar a sus compañeros de equipo, y la forma en que su rostro se iluminó con una amplia sonrisa. Yibo se encontró sonriendo un poco también, en su banco en Tianjin.

Bueno, ahora iba a tener que marcar dos goles esta noche.

***

Octubre del 2020—Chongqing

—Ziyi está embarazada.

Zhan se detuvo en seco.

—¿Otra vez? —él dijo.

Jackson se rió.

—Dios, gracias.

—¡Perdón! Quiero decir, felicitaciones.

S1.Where stories live. Discover now