-¿Cómo te atreves a llevarlo a ese concierto?-

-¿Estás celoso?- pregunté.

-Yo... soy fan de Green Day desde antes que tú siquiera sepas de su existencia...-

-Estás celoso...- solté riendo, y pasé por su lado bajando las escaleras.

Alexander me siguió hasta la cocina, reclamándome porque no había comprado una entrada para él, y porque según él era quien más se la merecía. Me llamó egoísta, interesada, mala persona, y otros intentos de insulto; que la verdad, no me afectaban en nada.

Luego mamá llegó hasta la cocina con nosotros, y preguntó porqué hacíamos tanto escándalo; aunque el escándalo lo estaba provocando él sólo.

El timbre sonó, y yo sabía perfectamente de quién se trataba. Aproveché que mi hermano estaba distraído quejándose con nuestra madre, para tomar mi cartera y salir de inmediato de la casa.

Ahí estaba él, Jared Wells, al amor de mi vida.
Me sonreía de una forma adorable, y yo no pude evitar morder mi labio al observar su atuendo. Iba casual, unos jeans azules, camiseta negra lisa y unos borcegos a juego. Pero incluso así de simple, se veía como el ser más hermoso de la tierra.

-¿Porqué se escuchan gritos de Alex desde aquí fuera?- soltó riendo.

-Esta ofendido, porque no lo incluí en tu festejo de cumpleaños...-

Me acerqué a él, y uní nuestros labios en un corto pero dulce beso. Sonreí sin poder evitarlo.

-Entonces... ¿no habrá pizza y películas?-

-No...- me reí. -¿Acaso me veo vestida cómo para estar encerrada viendo películas?-

Sus ojos me recorrieron de pies a cabezas, y sentí una corriente eléctrica recorrerme el cuerpo. Relamió sus labios, y yo casi me derrito con ese gesto.

-Siempre te ves bien, pero admito que ahora estás más ardiente que nunca.-

Sonreí, y mordí mi labio inferior.

-Gracias, ahora... andando.-

Ordené mostrando las llaves en mi mano, pues había conseguido que papá me prestara su auto; estuve planeando todo por más de tres meses, y para que papá me prestara el auto, tuve que hacer mucho mérito. En mi vida había lavado tanta ropa, y preparado tanto café, pero valió la pena.

-¿Dónde vamos?- preguntó.

-Lo sabrás, cuando lleguemos...-

Quise caminar hacia el auto, pero él me tomó por al brazo y me pegó a su cuerpo.

-Vamos Cielo...- susurró, luego dejó un pequeño beso en mi cuello, haciéndome suspirar. -Dime...- otro beso, pero más cerca de mi oreja. -dame aunque sea una pista...-

Sus besos en esa zona, me encendían a mil, y él lo sabía. Me rendía ante él, en un santiamén.

-Ok...-

Solté en un suspiro, causando una sonrisa de satisfacción en su cara. Llevé una de mis manos a su nuca, y la otra la dejé descansar en su abdomen. Deposite un beso en sus labios, luego en su barbilla, y por último detrás de su oreja. Y para terminar, dejé mi boca en su oreja, y susurré.

-Es una sorpresa...-

Luego me separé de él, y reí por su cara de frustración.

-Charlie...- se quejó. Al parecer, había puesto de buen humor a su amigo y eso me hizo reír mucho más.

-Camina.-

Fui hasta el auto, y espere a que él se sentara a mi lado y se pusiera el cinturón de seguridad.

Mi Mejor Amigo #1Where stories live. Discover now