Dos chicos & una Nerd

Capítulo 13

*Leer la nota al final*

Una de las mejores cosas que hay en la vida es caminar por la noche con tu persona especial y hablar de cualquier cosa que salga en el momento. La sonrisa que llevaba en mi cara la tenía que disimular porque no quería parecer una obsesionada. La noche estaba a nuestro favor, estaba  el cielo lleno de estrellas y la luna estaba hermosa, la luz que emanaba alumbraba bastante, ya que por la calle que  íbamos casi no habían lámparas pero gracias a luz de ella podíamos ver el camino.

Caminábamos uno al lado del otro a paso lento, rozándonos los cuerpos de vez en cuando, al principio todo era silencio, ninguno decía nada, solo nos mirábamos de reojo y sonreíamos.

—Oye, ¿Cómo te fue con el trabajo que estábamos haciendo juntos?— pregunté curiosa y rompí el silencio.

—Ah, eso. Pues, ya sabes que casi lo teníamos completo, lo terminé, el día que tocaba explicarlo lo hice y le pregunté al maestro que qué pasaría contigo y solo me dijo que te pondría la mitad de la calificación porque te falto exponer— me miró y sonrió nervioso, algo quería decirme.

—¿Algo más?— entre cerré mis ojos y paré de caminar.

—Eh, si hay algo— se rascó la cabeza—. Hice un acuerdo con él diciéndole que sumara tu calificación con la mía y que la dividiera entre los dos.

—¿En serio?— abrí mis ojos y lleve mi mano a mi boca sorprendida.

— Si. Tienes un siete en matemáticas, sé que es una calificación baja para como está tu récord de notas, espero que no te afecte mucho para cuando vayas a entrar a la universidad.

—Gracias— lo abracé—. Es mejor eso a que me hubieran puesto un cinco, te prometo que te recompensaré esto— me separé de él.

—No es nada, lo hice porque sé que no fue tu culpa faltar— me dedico media sonrisa.

—No tengo cómo agradecerte esto— me empiné un poco y le pellizque su cachete.

—Odio que me pellizquen los cachetes— fingió estar enojado, pero a mi me pareció la cara más tierna que había visto en mi vida.

—Y yo amo hacer eso, es como una muestra de afecto que le tengo a las personas— sonreí traviesamente.

—De verdad pareces una niña pequeña y traviesa— me encogí de hombros y comencé a caminar.

—Espérame, no vayas sola— me dijo y caminó a mi lado.

—Lo dices como si estuviera a 10 metros de ti, solo avancé unos 2 metros— bromeé con él.

—No importa, es peligroso y además si lo notas por aquí no hay casi casas— y tenía toda la razón, estábamos caminando hacia donde solo había árboles y más árboles por así decirlo.

—Eres un poco dramático— me reí.

—Y tu una imperativa—me tape la boca con mi mano para no estallar de la risa, esto era estúpido.

—¿No se te ocurrió otra cosa que decir?

—No— comentó riendo.

El silencio se hizo presente otra vez, pero no era incómodo. Quería agarrarlo del brazo porque tenía la mala costumbre de ir caminando agarrada del brazo de la otra persona a mi lado, desde siempre ha sido así, era como una pequeña obsesión que aún no he corregido, pero no quería invadir su espacio personal.

No se porque razón íbamos a un paso tan lento caminando, parecía infinita la calle, pero no quería regresar tan rápido a la casa, después de ese rato tan amargo que había pasado.