Un milagro

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Doña Julia Solano de Pinzón estaba terminando de limpiar la cocina y lavar los trastes cuando el teléfono de su casa sonó. Llevaba toda la mañana dándole vueltas a lo que Armando Mendoza le había confesado la noche anterior, bajo la influencia de lo que le pareció, fueron celos y remordimientos, atizados por una buena dosis de licor. Armando despedía tufo a alcohol pero no estaba borracho, así que ella se tomó bastante en serio sus palabras.

Cuando lo vio parado en el umbral de su casa, solicitando hablar con su esposo, estuvo a punto de echarlo a empellones y decirle sus cuantas verdades, sin importar que ella fuera bastante más pequeña que él y que fracasara en el intento. Cada vez que lo veía, la rabia se apoderaba de su ser y se sentía incapaz de guardar sus modales. Sin embargo, en esta ocasión el aspecto desaliñado y la mirada suplicante de Armando le causaron mucha impresión y curiosidad, así como también le hicieron intuir que su presencia e insistencia ahí y a esa hora de la noche, se debía a la aparición repentina del francés, amigo de su hija.

El instinto de una madre es poderoso, y el de Julia Solano de Pinzón no podía darse el lujo de reservarse, como con anterioridad lo había hecho. Esta vez no había secretos entre ella y Betty, sino camaradería, profundo amor, comprensión e interés por escucharse mutuamente. Esta vez los lazos eran tan fuertes y sin reservas, que Betty no se iba a dormir sin charlar un rato con su mamá, así los pormenores y sinsabores de cada día a lo largo de esos meses complicados fueran casi siempre los mismos.

La primera noche de las treinta noches que Armando Mendoza estuvo fuera de Colombia, Betty volvió a tener pesadillas y dificultades para dormir, como había sido tan frecuente después que descubrió la carta de instrucciones. Se despertó a mitad de la madrugada, agitada, con la frustración pintada en el rostro. Tomó su diario y comenzó a escribir, porque eso era lo único que la calmaba y le hacía recobrar el sueño.

14 de diciembre 2000

Las pesadillas comenzaron de nuevo, y esta vez presiento que son proféticas. Se me apareció una mujer desconocida, con quien don Armando coqueteaba y se besaba, mientras le susurraba algo en el oído. Yo estaba frente a ellos, y eso a él no le importó, así como tampoco a mí me importó no poder disimular que se me rompía el corazón. No le vi su rostro, pero me di cuenta que era muy bella; su cuerpo lo era, del tipo que a él le encanta. Lo raro es que doña Marcela no apareció a espantársela. Tampoco estaba ahí nadie de ECOMODA, o tal vez fue que no presté atención al resto de la gente.

Hoy se marchó a vender las franquicias, como dijo que lo haría. Sé que lo hizo porque desistió de creer que hubo un "lo nuestro" o una "primera oportunidad", y mucho menos, que lo que sea que tuvimos, tenga reparación. Sé que lo hizo porque yo le pedí por enésima vez que me dejara en paz. Y debería decir que estoy satisfecha de haber logrado eso, pero la verdad es que tengo miedo de lo que pueda pasar durante ese viaje. Sé que él no es una persona confiable y que es un experto manipulador, pero mi corazón no lo entiende y me traiciona todo el tiempo cuando está cerca. Sé que su ausencia debería facilitar mi concentración y mi trabajo en ECOMODA, pero la verdad es que lo pensé y lo extrañé todo el día como no lo extrañé cuando estuve en Cartagena. En ese entonces estaba tan dolida, devastada y llena de rencor, que cualquier otro sentimiento amable hacia él, era acallado. Creo que me estoy mal acostumbrando a recibir de él palabras de aliento y miradas que no sabría cómo calificar, porque están tan cargadas de afecto, que hasta me hacen olvidar todo el daño que me hizo.

El otro día Mariana me leyó las cartas. Desde entonces no dejo de pensar en lo que me revelaron. Una mujer va aparecer para hacerme daño, y según su interpretación, no se trata de doña Marcela. Tengo miedo de que antes que termine mi gestión en ECOMODA, don Armando resuelva su vida. Estoy segura que no podré resistir verlo con otra mujer, o casarse con doña Marcela. Por eso me tengo propuesto terminar con esto en la mitad del tiempo...

EL NOVIAZGO_EDITADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora