Capítulo 26

Depuis le début
                                    

—Hmm... Sus hojas están amarillas en los bordes —murmura, tomando entre sus dedos una pequeña hoja con forma de corazón, la maceta roja con pequeñas flores amarillas cuelga de un armazón de hilo atado al techo. Cae a su altura—. ¿Necesitas más agua? —Arruga el entrecejo—. No, lo hice ayer.

«¿Qué le puede estar pasando?» se pregunta mientras deja la hoja en su lugar.

—Sage sabrá que hacer.

Dentro de él, su leopardo le gruñe. «Cierto, ella sólo tiene que ocuparse de sí misma»

—Pero puedo pedir orientación...

Él está seguro que estas plantas testarudas florecerán cuando ella esté aquí. No puede contener una sonrisa al imaginar su reacción, a ella le gusta lo verde, así que él se ocupó de llenar la casa de verde, de cosas vivas.

Lo hizo a pesar de las críticas de Eloise.

—Ella necesita un lugar tranquilo no un maldito invernadero —le dijo el otro día durante una de sus visitas. Se habían vuelto frecuentes desde que Derek permitió el libre movimiento por la parte forestal del territorio, los contagios se habían frenado en esta parte desde hace dos meses—. Traer tantas plantas solo le dará trabajo.

Harry había terminado de atar el armazón número diez. Tan tranquilo que se desconocía a sí mismo, respondió:

—Señora, si usted supiera cuanto ama Sage a las plantas...

Ahora, Eloise estaba en la cocina, preparando algo ligero para su hija, Primrose acomodaba los últimos detalles en el jardín trasero y Jessie estaba arreglando una nueva cómoda que habían conseguido con Sawyer.

—Mírenlo, el encantador de potus.

El pelaje de Harry se eriza con la burla de Sawyer.

—¿Cómo diablos sabes cómo se llama?

Con las manos en los bolsillos de sus vaqueros gastados, Sawyer se detiene junto a él, la curiosidad de sus ojos grises sobre la planta que apenas consigue cinco o seis hojas normales, el resto se han vuelto amarillas.

—Jessie tiene una en su casa —responde, un ligero encogimiento lo tiene ajustando los hombros, lleva puesta una camiseta verde oscuro jaspeado sin mangas—. Sage se la regaló. Jessie dijo que a veces pierden sus hojas y se vuelven pequeñas y sin gracia, después brotan por todos lados y sin que te des cuenta tienes un montón de ramas colgando.

—No tienen ramas —Harry le corrige.

O al menos eso es lo que leyó. Debió hacer una investigación exhaustiva sobre cada planta que compró para asegurarse de darles las condiciones para sobrevivir hasta que Sage comenzara a cuidarlas.

—Los lobos son como estás plantas —Sawyer continúa, sin brillo en sus ojos, su voz oscureciéndose ligeramente—. Ahora están apagados y cayéndose, pero llegará el tiempo del brote y volverán a crecer.

Harry guarda silencio. Sawyer se ha vuelto tan apegado a este clan que es difícil de asimilarlo, ninguno de los dos podría haber previsto que un día terminarían de este modo. En un sitio donde nada encajaba y sin embargo todo parecía rodar sin alteraciones.

—Harry —dice, cambiando el foco de su mirada hacia él—. Me agrada la forma en que has cambiado.

Frunciendo el ceño mientras removía algunas hojas secas en la maceta, Harry chasquea los dientes.

—No creas que lograrás comprarme con halagos —gruñe bajo—. Todavía estoy enojado contigo.

—Oh, vamos viejo, han pasado tres meses.

Omega [Moon Fighters 5.1]Où les histoires vivent. Découvrez maintenant