—Dime —insiste.

Harry continúa observando su rostro, hasta que se detiene en los labios de Sage. Parece debatirse su siguiente acción, surcos se delimitan en su frente cuando frunce el ceño un poco, un segundo después se despeja con un suspiro largo.

—Me iré de la ciudad en una semana.

Su loba chasquea los dientes cuando esas palabras raspan su pelaje. El corazón de Sage da un vuelco doloroso en su pecho.

—¿A dónde? ¿Por qué?

—El contrato entre mi empresa y tu Alfa tiene solo un año de duración, el plazo vence en siete días, después de eso tengo que regresar a Phoenix.

Ella no tarda en atar los hilos sueltos. La sangre se calienta en sus venas y ella resiste el impulso violento de marcarlo. Harry es suyo, su leopardo también, no pueden irse ahora, no cuando por fin está a un paso de tenerlo por el resto de su vida.

Que él quiera alejarse es un golpe de agua helada en su cuerpo.

—Entonces ibas a dejarme —responde con nervios, intenta controlar su respiración, su pulso.

Sage espera un no rotundo que le haga recuperar la seguridad que ahora está resquebrajándose en su interior, pero la única respuesta que obtiene es un silencio más pesado que el anterior. Sabiendo que él no hablará, suspira y evita la mirada de Harry, se incorpora y baja para deslizarse en el asiento, poniendo distancia entre los dos.

Su corazón late con fuerza, sus labios tiemblan mientras trata de retener las lágrimas que nublan su vista, aprieta los dientes, los puños. No va a llorar por esto, no ahora. Pero vuelve a sentirse débil, necesitada y ansiosa por la atención de un hombre, había jurado no volver a caer en eso cuando sufrió el último incidente.

Pero este hombre junto a ella... Es su compañero, aquel que debería estar con ella de manera definitiva.

—Omega... —Harry suspira su nombre y extiende una mano, ella permite el contacto pero se mantiene firme.

«No puedo llorar por esto» se vería desesperada, histérica y dramática por algo que era lógico, Harry no pertenece al clan, tampoco a la ciudad, él solo es un hombre solitario de negocios que se quedó en Paradise City por eso: negocios, nada más.

Sage solo era un imprevisto en su vida.

Que ahora lo había atrapado en un vínculo.

Ahora definitivamente se sentía como una mujer desesperada, ¿había sido ella la que forzó el vínculo? Sonaba tan estúpido...

—Omega no puedes enojarte conmigo por esto.

—No estoy enojada.

«Solo tengo miedo» las emociones la habían atrapado y ahora apenas puede hablar con suficiente firmeza para evitar quebrar su voz, ¿qué sucedería con ella si Harry decide romper el vínculo?

—Mírame.

Su voz era una exigencia que viajó hasta su núcleo primario, ella lo encontró, por un momento efímero.

—No tengo idea de como manejar esto, tampoco tu reacción. —Harry gruñe por lo bajo y aprieta su muslo—. Parece que vas a echarte a llorar en cualquier momento —Chasquea la lengua—. Y solo porque te he dicho que debo cumplir con una formalidad legal.

—No trates de hacerme sentir culpable Harry.

Él aleja su mano, un escalofrío sacude el cuerpo de Sage. Gruñendo bajo, Harry aparta la mirada y gira para ver algo en su ventana. Pero no hay mucho paisaje para ver, afuera solo hay árboles ensombrecidos por la noche.

Omega [Moon Fighters 5.1]Where stories live. Discover now