Abrí mis ojos sobresaltada debido a que alguien tocaba incesantemente mi puerta.

-¡Olivia! ¡Llevo diez minutos aquí! ¡Levántate ya! ¡Es tu primer día!-Gritaba Yves desde el otro lado.

-¡Déjame en paz!-Tomé mi celular, faltaban sólo quince minutos antes de que empiece mi primera clase.

Suspiré. Mi prima, Yves, estaba emocionadísima por regresar a la universidad, en cambio yo... lo único que me emocionaba era pasar el día rápido y regresar a jugar videojuegos en la comodidad de mi sofá.

Yves ya no estaba cuando salí de casa, la Universidad quedaba a unas cuadras de nuestro apartamento, cuando llegué ya había iniciado la clase y tuve que soportar una presentación incómoda por llegar tarde.

-¿Llegaste a tiempo?-Preguntó Yves en cuanto me vió.

-¿Y eso a tí qué te importa?-Vale, me sentí un poco mal, porque probablemente si ella no me hubiera despertado seguiría babeando mi almohada.

Si lo pienso bien esa era una mejor opción.

Yves sólo giró los ojos y siguió su camino. Sólo me tomó unos minutos para comprobar con mis propios ojos lo popular que era Yves, por donde pasaba los chicos (y algunas chicas) la miraban atontados, embelesados.

Para la siguiente clase me aseguré de ser la primera en llegar, sin embargo una chica rara sentada en la esquina ya se encontraba ahí, no había nadie más, así que elegí ser la chica rara de la otra esquina.

Poco a poco el salón se fué llenando y recordé que compartiría clase con algunas amigas, y con algunas, me refiero a dos, y con amigas...

Yerim y Jiwoo, estaban ahí, en cuanto me vieron corrieron a torturarme, digo... abrazarme, y saltar de emoción mientras yo moría de vergüenza.

-¡Qué emoción, nuestra Hyejoo estará aquí! ¡Yerim, esta vez nadie va a meterse con nosotras! -La voz de Jiwoo taladraba mis tímpanos.

-Hyejoo tienes que hacer equipo con nosotras ¿ok? ¡Este será un año genial! -Decía Yerim mientras rompía mis costillas en un doloroso abrazo.

Este año sería... UNA TORTURA.

-Oigan niñas, no me digan Hyejoo, ya les dije que soy Olivia.-

-Tú y tu prima pasan demasiado tiempo en los videojuegos.-Respondió Jiwoo.

-Te llamaremos como tu quieras mientras nos cuides y te podamos dar amor. -Decía Yerim haciendo corazoncitos con sus manos.

Pasaron las horas hasta que por fin llegó la hora del almuerzo, mis tripas no aguantarían ni un segundo más. Me senté lista para devorar mi desayuno.

-¿Doble desayuno Hyej... Olivia?-Preguntó la pequeña pelirroja sentándose a mi lado.

-¡Déjala! Necesitamos que esté fuerte, sabes que ella es la única que sabe pelear. ¿Verdad que sí?-Preguntaba mientras apachurraba mis cachetes y yo le regalaba mi mejor mirada asesina. Nunca funcionaba en Yerim.

-Si no fueran tan... Emp...-Me lo pensé mejor cuando vi las caras sonrientes de las dos. Si estas dos no fueran tan empalagosas y anduvieran escupiendo arcoiris probablemente nadie les haría daño... Pero supongo es parte de su encanto.-¡Empanadas! Se me antojan unas empanadas.-

-No creo que hagan empanadas aquí pero mañana haré unas especialmente para tí.-Yerim es tan linda... Pero que no sepa que yo he dicho eso.

-Oye Olivia, sabía que Yves era popular pero no sabía cuánto. Mírala.-Jiwoo había estado enamorada de mi prima desde que tenía uso de razón. Yves estaba sentada con los más populares de la escuela, la mesa privilegiada, coqueteando y actuando como mujer inalcanzable, así era Yves.

ÁngelWhere stories live. Discover now