-Qué perras, yo siempre os he contado mis experiencias, esto no es justo.-Lloriqueó intentando dar pena para que cayésemos en su trampa, pero Alba y yo teníamos claro que el resto de información no iba a salir de nuestras bocas en ese momento.

-Ya, ya, no nos lo recuerdes...

No tardamos en bajar al entrenamiento, por muy poco no llegamos tarde para comernos unas vueltas extra alrededor del campo. Durante una muy buena parte del entrenamiento me sentí muy observada por Alba, era como tener un rayo laser sobre mi cogote todo el rato. Tenía mis dudas sobre por qué me observaba tanto y preferí darle veracidad antes a lo que me dijo Mapi el día anterior que a conjeturas mías propiciadas por mis inseguridades.

Entonces, aprovechando que Alba tenía tanto interés en posar sus ojos sobre mí, me dediqué a enseñarle todas mis virtudes. Había que impresionar a la chica ¿no?

Y de paso ponerla un poquito nerviosa, y sabiendo que mis abdominales le resultaban tan impresionantes, no iba a ser yo quien se lo negase, aproveché para levantar disimuladamente mi camiseta cuando ella pasaba por delante de mí haciendo que me secaba el sudor de la frente. Era una táctica infalible.

En una ocasión se tropezó y acabó probando césped, y en favor a mi fantasía voy a decir que fue por mirarme demasiado. Me acerqué a ella sin ocultar una pequeña risa para darle la mano y ayudarla a ponerse en pie, por supuesto sin perder la oportunidad para molestarla un poquito.

-Albi tienes que mirar al balón cuando corres, que si no pasa lo que pasa.

Alba tomó mi mano impulsándose y tras lanzarme una breve sonrisa creí que se venía la reválida de mi vacile, pero me equivoqué.

-Es difícil concentrarse cuando a tu alrededor hay cosas que te gustan mucho.

Mi cabeza explotó. Por poco no me caí yo al césped cuando sus ojos es clavaron en los míos como fuego provocando que mis piernas perdiesen media estabilidad.

-¡Movimiento chicas! ¡No nos paramos!

La voz de Mamen nos hizo tener que volver al ejercicio, cogí mi balón antes de que me regañase y seguí haciendo el recorrido entre los conos mientras intentaba recomponerme de lo que acababa de suceder.

¿Qué tipo de señal había sido esta? Nunca jamás había visto a Alba ser tan directa y nunca jamás nadie me había hecho enmudecerme de esa manera.

Pero necesitaba una aclaración antes de volverme completamente demente. Bueno, unas cuantas aclaraciones más bien. ¿La cosas que le gustaban tenían que ver conmigo? Por su mirada vamos a asumir que sí. Entonces... ¿lo que le gustaba de mí eran mis abdominales, yo como persona física o yo como...? 

No me atrevía ni a pensarlo, pero a lo mejor era momento de dejar de cegarme y empezar a creerme que la posibilidad estaba empezando a ser muy real.

El resto del entrenamiento fue de los más intensos que recuerdo y eso que por la tarde tendríamos una sesión más, pero estaba tan motivada que no sentí el cansancio en ningún momento. Al final Mamen organizó dos equipos y jugamos un partido de media hora en el que metí cuatro goles, dos de ellos gracias a pases excelentes de mi rubia favorita. Por el once en el que me había tocado jugar supuse que iba a ser titular contra Hungría, al igual que Alba, y la ilusión por volver a compartir campo como compañeras resurgió como nunca. Tenía la sensación de que conectábamos incluso más que cuando compartíamos equipo, y era tan jodidamente bonito ese sentimiento que solo tenía ganas de sonreír todo el rato.

Al finalizar el entreno fuimos a cambiarnos y a ducharnos a los vestuarios, aún no sabía como encarar a Alba después de lo que me había dicho así que fui un poco a mi bola hasta que terminé y me marché junto a Mapi hacia la zona de la residencia. De camino aproveché para avisarle de que me había ido de la lengua con Alba y le había contado sin querer lo de que ella y Ana estaban mal, le hice saber que parecía que a Alba le había sentado mal enterarse por mí antes que por ella y Mapi me tranquilizó diciendo que hablaría con ella, que no pasaba nada porque tenía pensado contárselo cuanto antes, únicamente no había encontrado el momento, justo lo que yo había imaginado.

SINERGIA - albaliaWhere stories live. Discover now