ACTO I (Tercera Escena)

Start from the beginning
                                    

Wenko: (llorando) Padre, me acuerdo de que mis amigos y yo cuando éramos ninos solíamos imaginar que éramos grandes jugadores. Mi gran sueño es convertirme en un gran jugador. Además, me acuerdo que siempre pasaba los veranos antes de la escuela practicando en la cancha con tanta pasión y esfuerzo que solíamos ser buenos jugadores. Mi color favorito es el azul y la hermandad entre mis amigos es muy grande.

Rutenlo: (contento) Mi infancia estuvo plagada de momentos con mis amigos, porque mi padre siempre paraba ocupado en el trabajo y no tenía tiempo para salir conmigo. El único día donde paraba tiempo con mi padre fue cuando era el día de todos los padres. Quiero convertirme en un padre bueno, ya que nunca tuve un padre ejemplar.

Wenko: (llorando) Padre, me acuerdo que todavía yo convivía con mis amigos para poder mejorar mi confianza con ellos. Nosotros nunca tuvimos una separación, aunque a veces teníamos nuestras peleas constantes muchas veces por tonterías. Me hace acordarme a otra ocasión donde mis amigos cuando yo me encontraba alrededor de ellos y me abrazaron fuerte. Ese momento fue importante para mí.

Rutenlo: (preocupado) Wenko, yo conocí a tu madre cuando ambos decidimos hablar directamente y sin rodeos. Ambos estábamos concentrados en la escuela hasta que nos tropezamos cuando íbamos a la escuela. Me acuerdo que nosotros permanecíamos al lado de nosotros. Recuerda que solo teníamos dieciséis años.

Wenko: (llorando) Padre, me alegra que tu relación con mi madre vaya bien. Recuerda que siempre seremos padre e hijo. Me trae buenos recuerdos de nosotros. Por ejemplo, cuando solíamos ir restaurante por restaurante para comprar menú. Aquellas tardes eran divertidas, porque charlábamos en cada momento que faltaba.

Rutenlo: (preocupado) Wenko, no me hagas acordar a esos instantes donde el dinero faltaba. Recuerdo que no tenía trabajo y fue la peor época de mi vida. No sabía que rumbo tomaría mi vida y quería mantenerte y a tu madre. Ambos nos cuidábamos los unos a los otros. Esos tiempos eran especiales, porque estábamos unidos para siempre.

Wenko: (llorando) Me llena de tristeza que aún no pueda hacerte sentir orgulloso. Me siento a vece aislado del mundo con un solo propósito para cumplir. El fútbol forma parte de mi vida. Me hace acordarme a todas las veces donde empezábamos a jugar con mis amigos cuando éramos niños.

Rutenlo: (preocupado) Hijo, es interesante que tengas buenos momentos con el fútbol. Además, parece que siempre quiere excusarte con el hecho de que ese deporte simboliza tu hermandad con tus amigos. Lo entiendo y creo que podríamos hablar de tus asuntos con tus amigos. Igual no confundas querer a tus amigos con la dependencia emocional.

Wenko: (llorando) Padre, estoy totalmente seguro de que ahora tengo a un papá que es capaz de luchar por mi bienestar. Ya te digo que estoy dispuesto a hacerte sentir orgulloso de cualquier manera. Recuerda que soy tu único hijo y actualmente estoy orgulloso de ti. No quiero que pronto haya alguien que interfiera en nuestra relación.

Rutenlo: (interesado) Hijo, tú eres alguien especial para mí y aunque pase el tiempo, pues te voy a seguir queriendo, porque eres alguien que valoro en mi vida. Admiro tu fortaleza y aunque seas un poco testarudo debo reconocer que ahora eres una persona bien respetuosa que eres capaz de mostrarte como un chico interesante.

(Ingresa Iryutia Bunte caminando al escenario por el pasillo izquierdo)

Iryutia: (ansiosa) Wenko, ya te digo que yo me encuentro totalmente lista para serviles la cena. En este momento, pienso tener un lindo encuentro con tus tíos para poder tener un buen momento. Ya te digo que merezco tener un descanso luego de trabajar todo el día. Merezco saber alguna razón por la cual alguno de los dos no quiera comer.

Wenko: (llorando) Madre, ahora no tengo ganas de cenar, porque tengo la necesidad de que vaya a tener buenos momentos en mi vida. Es importante que tenga un espacio para tranquilizarme, pero es que no puedo mantenerme tranquilo. Solo me calmaría que alguien me diera un abrazo. No vayas a gritarme otra vez por favor.

Rutenlo: (cordial) Wenko, no vayas a gritarle a tu madre por favor. Recuerda que es una señora muy especial, porque siempre parece estar triste todo el día sin hacer nada en especial. Recuerda que debes respetarla en todo momento, porque no vaya a enojarse y luego ordenarte como a un sirviente doméstico.

Wenko: (llorando) Padre, me haces acordarme de algunos sucesos que no logro acordarme. Recuerdo una vez cuando yo estaba pendiente de mis amigos y ellos parecían estar distanciados de mí. Quiero compartir más momentos con mis amigos para que podamos tener un mayor disfrute de nuestra juventud.

Rutenlo: (cordial) Iryutia, recuerdo que nuestro hijo aún es joven para que le contemos lo que nosotros pasamos antes. Recuerda que tan solo es un jovencito que está explorando el mundo. No podemos pretender que él vaya a entender todo lo que hemos pasado una y otra vez. Sin embargo, creo que podemos llegar a entenderlo un poco más.

Iryutia: (amable) Rutenlo, es similar a ti en tu aspecto, aunque en las personalidades creo que podría decir todo lo contrario. Lo único que sacó de mí fue la sonrisa. Pienso que es una característica que la sacó de mí, porque puedo reconocer que esa sonrisa de él es mía.

(Iryutia Bunte se retira caminando del escenario por el pasillo izquierdo)

(Rutenlo Lonte se retira caminando del escenario por el pasillo derecho)

(Wenko Lonte Bunte se retira caminando del escenario por el pasillo izquierdo)

(Cierre del telón) (Fin de la escena III)

WENKO  (Obra teatral de deportes 12)Where stories live. Discover now