El corazón se me aceleró y lo miré mientras unas lágrimas brotaron por mis mejillas.
—Podría decirte toda la noche mil veces te quiero. Podría decirlo y nunca me cansaría, pero mis te quiero van más allá. Van más allá de un cuerpo, del alma y del corazón.
Gavi sonrió.
—Gala...
—Eres mi persona favorita —le dije y vi como sus lágrimas caían al mismo tiempo que las mías —. Pero, Gavi, yo me voy a morir.
—Gala, ¿puedes parar con eso?
—Algún día lo entenderás. Y, ¿sabes una cosa? Vas a estar bien. Vas a estar muy bien. ¿Sabes por qué? Porque te vas a quedar con la satisfacción de haberme dejado volar, de quitarme las cadenas y darme las alas para hacerlo. Te quiero, Gavi.
—Gala...
—Baila conmigo, Gavi.
—¡¿Qué?!
—Que bailes conmigo y te calles —le dije y me levanté, extendiéndole la mano —. ¿Quieres bailar conmigo, Pablo Gavi?
Sonríe.
—Sería un honor —dice y se levanta.
Sus manos viajan hasta mi cintura y pongo Colors de Halsey.
Lo tomo de las manos y lo miró con una sonrisa de oreja a oreja a la misma vez que comencé a moverme, pero la risa inundó mi cuerpo y las carcajadas el ambiente, provocando que sus manos viajaran hasta mi cintura y mi mano hasta su cuello. Comenzamos a cantar mientras nos mirábamos directamente a los ojos y el sabor de sus labios se apoderaron de mí, sin ni siquiera estar besándolo.
—Estás loca —me dijo entre risas.
—¿Ahora te das cuenta? —le pregunté y giré con la ayuda de su mano.
—No —me dijo —. Me di cuenta desde que me besaste en el hospital, delante de los periodistas y quise matarte.
—¿Todavía deseas ejecutarme? —le pregunté mientras seguía moviendo nuestras manos.
—No.
—¿Entonces? —le pregunté y nos pusimos ambos serios.
Nos miramos directamente a los labios y nuestras miradas bajaban y subían desde los labios a los ojos.
—Entonces, el amor solo es una pérdida de tiempo.
—¿Soy una pérdida de tiempo, Gavi? —le pregunté y me acerqué un poco más hacia él.
—Tú jamás podrías ser una pérdida de tiempo.
—¿Entonces, Gavi?
—Entonces, me enamoré de ti —dijo y me separé de él, apartando la mirada y sentándome.
—Gala... —Levante la mano para que se callara y no siguiera hablando.
Se había enamorado. Me había enamorado de él. Nos habíamos enamorado, pero ¿y qué? ¿Cómo le hacía entender que me iba a morir? Era una realidad. Era mi maldita y única realidad.
—Es interesante, ¿no?
—¿El qué?
—Ver como me apagó lentamente y me desespero porque estoy irremediablemente enamorado de ti y tú, Gala, eres incapaz de decir algo al respecto.
Lo miré directamente a los ojos y las lágrimas brotaron por mis mejillas a la misma vez que las de él. No sabía qué decir y mucho menos que hacer al respecto, pero no podía hacer nada. No podía atarlo a mí.
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Amor de contrato #1
Teen Fiction¿Un beso, puede unir dos corazones que están sin vida aunque latan? Un accidente, un estadio a reventar y un beso muy oportuno para la prensa, tienen el poder de poner la vida de Pablo Gavi y de Gala Ponce patas arribas. ¿Se enamorarán en tres meses...