Capítulo 11

54 14 4
                                    

No sé qué es lo que pasa conmigo, estoy muy incómoda. No quiero que nadie esté aquí conmigo, quiero estar sola. Siento que me estoy asfixiando con todos al pendiente mío, me estresa, no me gusta tanta atención, creo que solo están aquí por lástima.

Reconozco que he tratado a todos muy mal, y no lo quiero hacerlo pero es que me sale así no más, quiero controlarlo, pero no puedo. Quiero entenderme pero yo misma no me entiendo. Mi actitud en estos días ha sido muy grosera. Siempre arruino todo con mi forma de ser. Estoy apartando poco a poco a Lucia de mi vida, y ella no se merece eso, siempre ha estado conmigo, pero yo no soy tan buena amiga, he cometido últimamente demasiados errores; a Hugo aunque se lo merece le digo cosas horribles para hacerlo sentir mal como me hizo a mi y por último a Michael no sé como lo he dejado entrar así en mi vida, me tiene muy confundida.

Siento que si sigo un día mas así, me volveré completamente loca. Ni siquiera sé cómo he llegado aquí, solo sé que estoy aquí y en mi cabeza esta una pelea de si debo hacerlo o no. Miró mi celular y tengo de fondo de pantalla la ultima foto que nos tomamos mi mamá, mi papá y yo, el corazón lo siento estrujado.

Se que estoy tomando la mejor decisión, esta es la única que me puede ayudar. Tengo que olvidarme de todo y hacerlo ya, sin miedo.

—Vamos, tu puedes, Vanesa— respire hondo y caminé hacia el gran edificio.

Era de cuatro niveles, tiene grandes ventanales de cristal. Se puede ver casi todo desde dentro o al menos los apartados de los laterales. Tiene un estilo moderno y su color blanco trasmite paz. El jardín delantero está lleno de flores y hay una gran área verde que cualquier utilizaría para hacer un picnic en familia o con sus amigos, pero yo no tengo eso. 

Subí los escalones y estuve parada unos segundos delante de la puerta la cual se abrió porque era con sensores. Había muchas personas allí dentro, observé cautelosamente y me sentí tan mal al saber que no era la única que pasaba por esto.

Caminé hasta la sala de espera y tomé asiento, me sentía un poco relajada porque yo no era la única adolescente presente en ese lugar, incluso había adultos y hasta ancianos.

Poco a poco la sala se fue vaciando ya que iban llamándolos para que pasen con el licenciado asignado. Yo había hecho una cita por internet, al final acepté venir al psicólogo.

—Vanesa Miller— dijeron mi nombre y resonó en toda la sala. Yo sentí un poco de vergüenza pero ya casi no había nadie en la sala.

—Voy— dije apenas audible y me encamine hacia la recepción donde la joven chica me llamaba.

—Buenos días— me sonrió—. Te toca en el
Consultorio catorce con la licenciada Díaz.

—Está bien. Gracias— dije tímida. Al parecer no era del país la psicóloga.

—Está en el tercer nivel a la izquierda última puerta— me dijo y siguió trabajando en la computadora.

—Muchas gracias.

Ha sido un paso muy grande el estar aquí. No es una decisión a la ligera, se tiene que tener fuerza de voluntad. Estoy aquí porque quiero sanar y estar bien.

Caminé hasta el ascensor, pues no quiero llegar con la lengua afuera en mi primera sesión con la psicóloga. Mire el ascensor y vi que estaba en el cuarto nivel, los números fueron bajando hasta que llego al primer piso y las puertas se abrieron. Entre y marque el piso tres, iba sola en el ascensor y lo agradecí, quería estar sola.

Al llegar al piso asignado observé que habían dos pasillos largos. Recordé lo que dijo la chica de la recepción.

—A la izquierda última puerta— repetí y caminé.

Dos chicos & una NerdWhere stories live. Discover now