Capitulo-2 Sorpresas nocturnas

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Me quedé allí parado sin saber cómo encajar las piezas.

-Pero, ¿qué narices? - me pregunté.

Fui hasta el sofá y me tiré en él a reflexionar sobre el asunto. Definitivamente mi abuela se había vuelto loca y yo no necesiataba otra loca más en mi vida.

Sin darme cuenta me quedé dormido, levanté mi cabeza y miré hacia mis boxers, el "Gran Jack" me estaba pidiendo comer, tendría que salir para poder saciar nuestra hambre. Perezosamente me levanté y me dí una ducha.

Una vez terminé de arreglarme, fui a la cocina y me hice un sandwitch con lo que encontré.

-Lo siento "Gran Jack" primero necesito alimentarme yo, que si no...no funcionamos - susurré mirando mi pantalón.

Por fin salí de allí y monté en mi coche, mi precioso deportivo rojo, besé el volante y le dirigí algunas palabras mientras arranacaba y ponía rumbo hasta una de mis discotecas favoritas, dónde se podía encontrar la mejor carne fresca de la ciudad.

-Vamos guapa, ¿no te apetece jugar conmigo? - coqueteé con una morena una vez entré.

-Claro que me apetece - gimió revolviendose a mi alrededor.

Me la llevé hasta uno de los sillones al lado de la pista y la senté en mis piernas. Otra chica pasó por nuestro lado, me quedé mirando su firme trasero, dios, eso tenía que ser mío y yo conseguía todo lo que quería.

-Espera aquí guapa, que ahora mismo vuelvo - me levanté enseguida, en busca de aquella chica.

-Megan, tenemos que volver ¡ya! - le gritaba otra, con suerte metería a las dos en mi cama - La madre superiora, nos va a matar, no deberíamos estar aquí.

-De acuerdo, volvamos, no quiero problemas, sólo quería hacer algo diferente - contestó.

Intenté alcanzarlas pero con la multitud las perdí de vista.

-¡Mierda! - golpeé la barra a mi lado, esta noche me tendría que conformar con una, esa chica de trasero firme, definitivamente, debía encontrarla y hacerla mía.

-¿Qué te ocurre? ¿No encuentras lo qué quieres? - miré de dónde provenía la voz.

-Mike, amigo - le saludé, dándole un golpe en el hombro - se me ha escapado una joya.

-¿El gran Jack no ha conseguido lo que quiere? Creo que hay que hacer una gran marca en el techo - bromeó el muy capullo.

-Pero, trade o temprano lo haré, ese culo será mío, te lo aseguro - reí y me dí cuenta de cómo una rubia se le estaba insinuando a mi amigo.

-¿Guapa? - preguntó mi aprobación.

-La tienes en el bote, si no actúas tú, me lanzo yo - advertí al ver como movía sus caderas - una cosa más, mañana ven a mí casa, a mi abuela le ha dado un golpe de calor o algo por el estilo y está como una auténtica regadera, tú pareces llevarte bien con ella, necesito tú ayuda.

-Está bien, iré mañana, pero procura estar vestido cuando llegue, no quiero encontrarte desnudo o tirandote alguna de tus bellezas.

-Claro - reí.

Golpeó mi pecho y desapareció con aquella chica rubia.

Caminé hasta mi acompañante y la ayudé a levantarse.

-¿Nos vamos cariño? - le guiñé un ojo y nos dirigimos hacia mi coche.

Conduje con una mano mientras que con la otra acaricié sus muslos. Nada más llegar abrí la puerta y en la oscuridad besé sus labios y moví mis manos por su cuerpo, agarré su tarsero.

-Revisión - las luces se encendieron, cegándome por unos minutos.

-¿Abuela? - me sorprendí, en mi cara se dibujaba el pánico.

-He dicho que revisión - sonrió.

-¿Perdona? - tragué nervioso.

-Veamos que hay por aquí, oh que dama más guapa, parece que sin el dama - reflexionó al ver su corto y ajustado vestido - lo siento bonita, pero no hay sitio para tí aquí, tendrás que subirte más esa tela y buscarte otra casa dónde quedarte esta noche.

La empujó hasta la puerta y se la estampó en las narices.

-¡Maldita vieja! ¡zorra! - gritó la morena desde fuera.

-¿Yo soy la zorra? debería buscar la palabra en el diccionario y saber su significado antes de emplearla, se sorprendería al encontrar su similitud con ella. Deberías buscarte entretenimientos más cultos...

-Eso, no es lo que me interesa en estos momentos ¿sabes? - dije lentamente, intentando respirar para poder calmarme.

-Te dije que a partir de ahora debías ser responsable y eso conlleva no traer más barbies de calle cada noche, también te dije que si no adoptabas me quedaría aquí a vivir y a corregirte, no me culpes, eso es lo que estoy haciendo hasta que te acabes de decidir.

-Me voy a dormir - adjudiqué, no tenía ganas de discutir más, el "Gran Jack" y yo llorabamos por dentro, al saber que dormiríamos sólos esta noche.

-De todas formas, mañana te daré las fichas del orfanato, espero que elijas pronto - elevó su tono para que pudiera escucharla desde las escaleras.

Me negué a contestarla, odiaba esta situación, con limitaciones y restricciones, así no era yo y así no sería mi vida.

The world of JackWhere stories live. Discover now