SECRET LOVE SONG; Sirius Black

Chapter Three

[CAPITULO TRES]
PRIMERA CLASE

Los nervios invadían por completo el cuerpo de Lawrence, tanto que se despertó más temprano de lo que normalmente se despertaba cuando estaba en su departamento. Se sentía extraño estar en un dormitorio que correspondía a un profesor y no en su propio dormitorio en la casa Ravenclaw, aquellos años ya se habían esfumado.

Tras darse una ducha preparar un poco de té y pensar en que iba a impartir como su primera clase el tiempo se le había pasado volando, no planeaba bajar a el desayuno mientras estuvieran los alumnos quería evitar a toda costa a una persona en específico tal vez más tarde antes de su primera clase se colaría en las cocinas en búsqueda de algo para comer.

Escucho unos golpes en la puerta de su despacho seguido de unos rasguños que le sacaron una sonrisa, totalmente distraído levantó la cabeza solo para indicar que estaba abierto.

— Está abierto — habló mientras seguía mirando sus apuntes en el diario abierto.

— Caitlin tenía razón — la voz de Steve llegó hasta los oídos del chico.

Meredith, la gatita que la noche anterior había estado en la mesa de profesores entró en la habitación primero que el hombre dirigiéndose hasta Lorenzo quien la cargó entre sus brazos dandole algunas caricias en su pelaje.

— Ese gato es ...

— No digas nada de Meredith enfrente de mi, Baizen — le regaño Lawrence.

El felino se quejó ante Steve, pero aceptó gustoso las caricias que Lorenzo le estaba haciendo en el cuello y sus orejas.

— Disculpa, ¿ha que venías? — preguntó Lawrence a su amigo sin prestar el mínimo de atención, estaba concentrado en el felino entre sus brazos.

Steve rodó los ojos tras escuchar como su amigo había olvidado por completo que estaba allí. — Caitlin sabía que no ibas a ir a desayunar, así que, si el señor no va a el desayuno entonces el desayuno tendrá que venir a usted, pero baja a ese gato.

Lorenzo rodó los ojos y bajo al gato de entre sus brazos, poniéndose de pie para lavarse las manos. Al regresar descubrió a Steve sentado y dos platos con comida.

— ¿Nervioso? — Steve se había detenido a ver los apuntes que Lorenzo tenía en el escritorio también vio la fotografía en su escritorio decidió no preguntar nada al respecto ni tocar el tema sabiendo que era algo sensible para su mejor amigo.

— Te mentiría si dijera que no — el chico se sentó en su silla. — ¿Tu no estás nervioso?

— No mucho — respondió Baizen dejando los apuntes de su amigo en la mesa. — ¿Confías en mi?

— Por supuesto — respondió inmediatamente el hombre.

Steve se recargo en la silla cruzándose de brazos mientras miraba a su amigo. — No me refería a eso, me refiero a ¿Confías en mi como maestro?