—Parece que quieres desviar el tema. ¿Acaso hay alguien haciéndolo latir?

—La vida, por supuesto. Creo que hay muchas razones por las cuales latir —las palabras salieron solas de mi boca y mis ojos fueron al encuentro de Giovani.

Definitivamente, tener el control sobre mis sentimientos no era algo que se me diera muy bien.

—¿Y cómo has llegado al mundo de la moda?

Expliqué brevemente la relación con mi madre y después de desearme suerte en el concurso, pasó a la siguiente participante.

Uno a uno, todos fuimos respondiendo las mismas preguntas. Después de Milo, llegó el turno de Rebeca quien contó que venía de un pueblito del sur del continente. No se mostró muy abierta a hablar de su vida. Como siempre, se la vio fría.

La última en responder fue Laureano, un joven con quien no había hablado mucho, pero que sorprendió a todos con su presentación.

—Y con ustedes, Laureano Finger, el último participante.

—Último, pero no por eso menos importante —dijo al micrófono y luego largó una risita que animó al público presente.

—Asi me gusta, con actitud. ¿De dónde vienes?

—De Migrerón, al sur del continente.

—Una ciudad muy bonita. ¿Y con quién vives?

—Con mi familia, claro. Los Finger somos muy importantes en Migrerón. Tenemos una de las empresas de moda más conocidas en el mundo. ¿Acaso no han oído de Canarias? Es una de nuestras marcas.

—¿Canarias? ¿Tú formas parte de la empresa fundadora de Canarias? ¡Eso es increíble!

Y así fue como la presentadora se entretuvo un poco más de la cuenta con Laureano y lo que parecía ser su fabulosa vida. Los demás participantes nos mirábamos un tanto preocupados.

—Bien, me avisan que es momento de seguir con el show —dijo la presentadora después de varios minutos de charla con el joven—. Ahora invitamos al escenario a la protagonista de Vistiendo a la realeza. ¡La princesa Fátima!

Un reflector la iluminó en su lugar entre el público y la siguió en su caminata hacia el escenario. Avanzó mientras iba saludando a alguno de los invitados.

—¡Hola a todos! Muchas gracias por estar hoy aquí y muchas gracias a todos los que nos están acompañando desde el otro lado de la pantalla. Este es el inicio de uno de los eventos más importantes en el reino y el inicio de lo que serán los preparativos para mi boda. Es por eso que quiero invitar a mi prometido, Giovani Bertuzzi para compartir conmigo el discurso de bienvenida.

Los reflectores lo enfocaron y por el ceño fruncido que se vio obligado a relajar, supuse que tanta atención no era de su agrado. Avanzó al escenario a paso lento y cuando llegó, le dio un beso a Fátima.

Mis ojos lo observaban con atención. Lo notaba tenso, incómodo. Sus manos estaban apretadas en un puño mientras la princesa leía su discurso.

Cuando terminó, ella buscó su mano y lo apretó con fuerzas... Entonces su otra mano también se relajó al igual que sus hombros.

Ese pequeño gesto hizo que me invadiera una sensación extraña en mi interior. Lo entendí como un idioma que compartían entre ambos. Dolió. Fue una muestra más de que quizás estaba dejándome llevar por algo que ni siquiera existía.

—Ahora le vamos a pedir a la bella pareja que escoja uno de los sobres que están en la mesa para poder definir el primer desafío de esta competencia.

Vistiendo a la realezaWhere stories live. Discover now