Capitulo-1 La denuncia

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Amanecí rodeado de dos bellezas, estaba sobre el suelo del salón, pero no me importó mucho dado que tenía buenas vistas.

Una sonrisa salió de mis labios pensando en retomar lo de anoche, me abalancé sobre una de ellas cuando el timbre sonó, no le dí importancia, tenía en mente otras cosas mucho mejor, oh señor ya lo creo. Acaricié el pecho de la rubia, un ruido hizo que todos mis pensamientos sobre ella y su gran delantera desaparecieran.

-¡Joder abuela! - grité sorprendido al verla parada como un fantasma observando la escena.

-Jovencito modera tu boca y saca a tus muñequitas de aquí ¡ya! - parecía que no estaba de buen humor.

Las eché sin más, no quería problemas, era lo único que me faltaba, ocasionar más situaciones en las que a la abuela se le hinchara esa gran vena de la frente, porque dios no lo quiera, pero se ponía hecha una fiera para su edad.

Nos sentamos en el sofá para hablar.

-¿A qué se supone que vienes? - pregunté directo, lo último que deseaba era andarme con rodeos y jugar al ratón y al gato con ella.

-¿Esa es forma de recibir a la familia? - una falsa sonrisa asomó en su cara, haciendo que se marcaran sus arrugas - ¿a quién vamos a engañar? te he puesto una denuncia.

-¿Qué coño dices? - salté ante lo que había dicho.

-¡Controla tu vocabulario! ¡maldita sea! No se qué es lo que he educado, si a un hombre o a un puerco que no piensa más que en copular por todos lados - contestó levantandose.

-¿Por qué se supone que me has denunciado? - me levanté también, estaba alucinando.

-¿Tú que crees? Te has gastado casi todo el dinero de una de las cuentas bancarias en la que se encuentra la herencia, lo sacaste sin permiso y para tus propios fines, unos no muy buenos.

-Despúes de todo, ese maldito dinero va a ser mío ¿vale? - me tiré a plomo en el sofá.

-Te aseguro hijo mío, que como no cambies tu forma de vida, no tocarás ni un centavo e irás a la cárcel por haber cogido lo que es mío sin ningún permiso - me amenazó.

-Sólo una duda - reí sarcástico - ¿a qué tipo de vida te refieres?

-¿Qué tipo de vida? Mira a tú alrededor, la casa está hecha un asco, llena de botellas y de bragas, que además por cierto es mí casa - aclaró - vuelves todas las noches borracho con una o dos chicas colgando del brazo, montas fiestas que destrozan barrios enteros, compras, compras y compras, malgastas dinero por todos lados...lo único que haces es darme una mala imágen, a mí, que es la que trabaja para poder ganar todo ese dinero que tú tiras por las ventanas, eso se acabó, ya no pienso seguir invirtiendo mi dinero en tí, o cambias o me devolverás todos y cada uno de los euros que has gastado.

-¿Te estás riendo de mí? - sonreí y solté una carcajada.

-No lo hago, o me demuestras que te has vuelto una persona responsable o te pudrirás felizmente en la cárcel - adjudicó.

Mi cara en esos momentos era inexpresable, estaba completamente desencajado.

-¿Cómo narices piensas hacer que demuestre que soy una persona responsable? - protesté cruzando mis brazos - ¿piensas que adopte a un niño?

-No es una mala idea, podría ir a declarar por tí el día del juicio - colocó sus gafas en el puente de la nariz - te traeré unas fichas de mi orfanato para que elijas.

-¿Debes estar de broma no? ¡No pienso adoptar a ningún niñato!

-Seré clara - suspiró - ¡O adoptas a alguien para cuidar de él y que vaya a declarar el día del juicio o meteré mi culo en esta casa y te corregiré a mi manera! - abrí mi boca de par en par.

-Traeme las fichas - tragué incómodo.

-Muy bien - se levantó y se dirigió a la puerta - dile adiós a la abuela.

-Adiós...abuela - me despedí.

The world of JackDonde viven las historias. Descúbrelo ahora