Capítulo 41: Hija de la Luna

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Kevin, ¿qué haces aquí? Te dije que esperaras y que avisaría cuando fuera necesario.

>>> ¿Kevin? ¿Ese es Kevin Link? <<<, pensé mientras los miraba.

Sabía que Kevin era un Hombre Lobo pero era Solitario y sin manada. Aunque era amigo de Ethan, estaban buscando al asesino de la familia de Ethan. Kevin levantó la cabeza y gruñó, miró a Ethan.

Me cansé de esperarte. Además escuché un aullido y corrí un rato y luego olí su aroma...junto con otra...cosa

Kevin puso sus ojos en mí. Tragué saliva, cuando él soltó un gruñó y mostró sus dientes. Ethan se alejó más de mí y fue hasta el lobo rubio. Lo observó.

Así que es "ella" No puedo creer que esté con vida...o más bien, que todavía no haya muerto.

Lo sé pero creo que no deberías pensar en eso en "voz alta", Kevin. Ella puede escucharte

Me alejé un poco del tronco y avancé con lentitud, lejos de ellos. Pero ellos estaban pendientes de mí; no dejaban de verme.

Ja,ja,ja,ja,ja. ¡¿En serio?! ¡No me jodas, hombre! Y no pensaba que sería un monstruo deforme con colmillos y garras. Entonces... ¿Puedes escuchar mis pensamientos?

Hice una mueca y asentí. Kevin dejó de moverse en cuatro patas y se levantó en dos; no era tan alto como Ethan. Y sus ojos me examinaron, de arriba abajo y movió su cabeza hacia adelante y me olfateó.

Su olor es raro. Huele como vampiro pero también como Hombre Lobo. Y tenía que ser una mujer. Aunque es...atractiva, a su manera. Ja,ja,ja,ja,ja.

Pude escuchar una risa en mi cabeza. Ethan protestó con un resoplido y mostró sus dientes.

Ella debería estar muerta.

— ¿Tú crees que yo...quería esto? —susurré y Ethan me prestó atención.

No lo sé, pero sé que no deberías estar viva. No perteneces a este mundo, Elizabeth.

Negué con la cabeza.

—No lo sé y sinceramente, me estoy preguntado, ¿cuál es mi propósito? —comenté. —Y es más Ethan, ¿por qué yo? ¿Por qué sigo con vida? —inquirí. —Tengo miedo —añadí en voz baja

Tú padre no debió permitir esto y mucho menos Chad. Es culpa de ellos con la de Rick Shepard, por experimentar contigo. No es normal, es una anormalidad, Liz

Ethan se movió hacia mí y noté como sus garras se articulaban con las puntas afiladas.

—Tú no puedes cambiar eso, McCall —repuse. —Tú no eres un Dios para cambiar, y poner lo que tú pienses que sea normal o no.

Lo que los Seivias hicieron contigo no es...Eres algo que no debería existir en el mundo, Elizabeth. No he confiado mucho en los Shepard y ahora sé qué debo hacer algo. Ese tal Sean o como fuera su nombre...

—Bertram. Su nombre era Bertram —le interrumpí y Ethan se molestó. Bueno, su tono era de enojo.

¡Lo que sea! ¡Eso no importa ahora, pero tú sí! ¡Tú misma la viviste y ahora sabes de lo que los vampiros son capaces de hacer!

Ethan resopló y Kevin avanzó un poco más hacia nosotros.

— ¿Y ahora qué? —le pregunté levantando la voz.

Kevin protestó con fuerza mientras que Ethan me miraba con furia y soltaba bramidos.

¡Oh, Dios! ¿Viste sus manos, Ethan? ¡Tiene garras! Jajajajaja. No puede ser. Uy.

Renacimiento © ✓Where stories live. Discover now