The unexpected

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Después de que Penélope se asegurara de que había suficiente distancia entre ellos y el Emperador decidió que ya podía dejar de arrastrar al confundido rubio, ambos estaban en algún lugar del bosque que rodeaba a casi todos los palacios de la realeza, ella sabía por sus clases que si caminaban un poco, encontrarían alguna salida, el bosque no era demasiado frondoso.

Tal vez lo haría después de recuperar el aliento.

Se tocó el pecho para poder sentir como su corazón latía sin parar, sus manos estaban temblado, su sudor era frio y su mente divagaba a rincones que no quería tocar; así que respiró profundamente y decidió no profundizar en la negrura de su mente.

No pienses en eso Penélope, no preguntes Peny.

—Su alteza, disculpe mi descortesía — exclamó con una sonrisa suave antes de soltar la mano del niño.

Claude la miró por unos segundos antes de mirar hacia otra parte, aun negándose a hablarle a su prometida y haciendo que una vena le saltara en el cuello de la niña, ah, algo con lo que distraerse.

Esto ya es un poco ridículo —pensó con recelo, —Está es su forma de hacer un berrinche ¿Eh?

Lo veras por última vez mañana y después retrasaremos volver por años —exclamó Peny.

Suena a plan, ¿Tienes uno?

Por supuesto.

Una sonrisa divertida se formó en su rostro; tener alguien con quien planear le resultaba divertido pero su situación actual era más importante.

¿Hacia dónde Peny?, conoces el lugar mejor que yo —preguntó la niña.

A diferencia tuya, yo soy una dama y jamás se me ocurrió correr por el bosque —respondió ofendidamente.

Un "No se" me hubiera bastado, ¿Sabes?

Poniendo los ojos en blanco, la castaña empezó a caminar mientras Claude era dejado de lado, el príncipe estaba estupefacto dado que ella ni siquiera se dignó en explicarle porque lo había llevado en una carrera por los terrenos del palacio.

Las agallas que tenían algunos.

Frunciendo el ceño pensó seriamente en irse por su cuenta, él sabía por dónde ir para llegar al Palacio Granate, después de todo, solía esconderse en bosque cuando todo se volvía demasiado para él, pero si ella seguía caminando hacia ahí terminaría en el Palacio de Cristal, el hogar de su "madrastra".

Si la Emperatriz la encontraba sola, tal vez lastimaría a Penélope como solía hacerlo con él...

Sacudió su cabeza, estupefacto por sus pensamientos, ¡No estaba preocupado por ella! Solo no quería ser castigado por su culpa, después de todo, seria a él a quien culparían por dejar sola a su prometida.

Si era eso.

Claude miro a la niña que se alejaba, ella tenía 6 años, él tenía 8, él era mayor pero entonces ¿Por qué ella era del mismo tamaño que él? La vida no era justa.

Mientras el rubio pensaba, Penélope estaba indecisa de hacia dónde ir.

Si voy por aquí y después por ahí...

Repíteme, ¿Porque te dejo quedarte en mi cuerpo?

Porque ¿Quién sino yo te soportaría en su cabeza 24/7?

No había necesidad de ser grosera ¿Sabes?

Y yo no necesito que me desconcentres —respondió la castaña —Pero no podemos tenerlo todo en esta vida, ¿No?

The green who leftWhere stories live. Discover now