Capítulo 2

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Una de las clases favoritas de Melanie era literatura, a pesar de que el profesor Esteban la odiara.

El profesor Esteban era un hombre de 45 años que siempre estaba malhumorado, se ponía peor cada vez que algún alumno decía algo estúpido en su clase.

—¡Atención, por favor, atención!— habló el profesor pidiendo a sus alumnos para que lo voltearán a ver. Una vez que todos estaban en sus respectivos lugares comenzó la clase— ¿Quién quiere opinar sobre "muerte en el atardecer"?

El profesor buscó a alguien que quisiera opinar acerca del libro, solo vió a una chica levantar su mano, así que la señaló para que ella comenzara a hablar.

—Me encantó, es tan romántico— comentó con una sonrisa de enamorada.

Antes de que dijera algo más, alguien la interrumpió molesta, pues no le había parecido lo que dijo su compañera.

—¿Romántico? ¿Hemingway?— suspiró Melanie un poco molesta y miró mal a su compañera—. Era un tipo alcohólico y misógino qué pasó la mitad de su vida cerca de Picasso tratando de recoger sus desperdicios.

—Lo muestras como un maldito egocentrista que no tiene amigos— interrumpió Santiago, un chico popular que se la pasaba molestando a otros, pero disfrutaba molestar a Melanie en especial. Se odiaban.

Santiago y otro chico popular rieron y se chocaron los puños.

—Cállate tonto— le dijo el profesor fastidiado y Santiago guardo silencio.

—Creo que en esta sociedad a los hombres estúpidos les dedican mucho tiempo— comentó Mel con un tono de voz elevado ignorando el comentario de su compañero—. ¿Qué hay de Silvia Plath, Charlotte Brontë o Simone de Beauvoir?

La puerta de pronto se abrió, dejando ver a Daniel, un chico cuya reputación era muy mala, nadie hablaba con él, pues creían que era muy raro.

—¿Qué han visto?— preguntó mirando al profesor aún cerca de la puerta.

—Son malos valores patriarcales en nuestra educación—siguió hablando Melanie, ignorando la llegada de su compañero.

—Ah, nada...—dijo con una pequeña sonrisa y salió del salón rápidamente.

—¡Oye, tú!— grito el profesor llamado a Daniel, pero este ya se había ido.

—Profesor, podría decirle a la rara que tome sus medicinas antes de venir a clase— comentó Santiago riéndose junto con su amigo. Melanie lo miró mal, pues le hartaba escuchar su voz.

—Si te ponen una paliza no esperes que yo vaya a salvarte— le dijo el profesor a Santiago haciendo que esté se callará—. Y Melanie— volteó a ver a la chica, quien solo lo miraba con una cara seria—. Quiero agradecerte tu opinión. Se lo difícil que debe ser para ti superar todos estos años de opresión de clase media, debe ser difícil— dijo sarcástico, acercándose un poco a la chica—. La próxima vez que interrumpas exigiendo mejor comida, o lo que sea que pienses reclamar, pregúntales porque no compran mejores libros.

—¿Eso es todo?— preguntó Mel.

El profesor regresó a su escritorio y asintió—. Sí, ve a la oficina y laméntalo allá— señaló la puerta. Melanie estaba muy sorprendida ante la respuesta del profesor.

—¿Qué? Pero profesor...

—Hazlo— ordenó el profesor señalando de nuevo la puerta.

10 𝐂𝐨𝐬𝐚𝐬 𝐐𝐮𝐞 𝐎𝐝𝐢𝐨 𝐃𝐞 𝐓𝐢 - 𝐃𝐚𝐧𝐢𝐞𝐥 𝐆𝐚𝐥 || 𝑾𝒊𝒑𝒍𝒂𝒔𝒉Where stories live. Discover now