🔗. ✞︎ : 𝗲𝗶𝗴𝗵𝘁𝗲𝗲𝗻. chaos

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Congelar, atacar, escapar.

Congelar, atacar, escapar.

Congelar, atacar, escapar.

Eso es lo que llevaban haciendo desde hace poco, mientras maquinaba un plan que no involucrara un ataque directo a esa maldición.

Llamar a los adultos responsables ya no era una opción, tampoco podían continuar con ese ritmo. Inumaki estaba usando su técnica en demasía, la sangre de Kamo estaba por agotarse, ella ya no aguantaba correr por mucho tiempo, así como Fushiguro estaba más callado de lo usual, lo que representaba problemas porque estaba en las mismas que todos: no sabía qué hacer.

Salieron por la ventana, tomada de la mano de Fushiguro, cuidando que su cansancio no la obstaculizara. No tardaron en detenerse en el techo del edificio siguiente.

— ¡Atrás de mí! — la jaloneó, mientras invocaba a Nue—. Inumaki lo detendrá, ¡ve con confianza!

El shikigami acató su orden directa, sin embargo, el nombrado nunca usó su Discurso Maldito. Heike tomó su arma con fuerza, al ver cómo Nue había sido destruido por la maldición en un solo movimiento.

— ¡I-Inumaki! — Heike le llamó con inquietud. Algo no estaba bien. El mayor, se giró a verla, y así ella pudo darse cuenta de que lo que él necesitaba en esos instantes era ser atendido.

Alzó su rostro, para ver de frente a la maldición. Las palabras de advertencia salieron en un momento de pánico—: ¡Ka-Kamo, cuidado!

Pero era tarde.

Ella se movió con rapidez, para que Fushiguro pudiera atraparlo tras el fuerte impacto que recibió de esa maldición. Heike no pudo evitar acercarse al chico y tomarlo del rostro, dándose cuenta de que estaba inconsciente.

— ¿Sigue vivo? — preguntó Fushiguro.

— So-solo está ma-malherido — Heike lo dejó con delicadeza en el tejado debajo de ellos—. Se re-recuperará.

Ninguno quiso agregar algo más. Heike estaba ocupada pensando en cómo ir a derrotar a ese lo-que-sea sin perder la cabeza en el intento. Santo Rosario descansaba en su mano derecha, en espera de que ella hiciera algo.

Antes de hacer algún movimiento, una mano le tomó la muñeca.

— ¡Sen-senpai! — exclamó al verlo de pie, a pesar de sus deplorables condiciones.

No pudo detenerlo. El chico ya se había posicionado unos pasos por delante de ella y con firmeza soltó—: ¡Sal volando!

Inumaki cayó frente suyo. Y Heike de nuevo tuvo que esperar a que nada malo pasase. Quería ir, llevarlo sobre su espalda y sacarlo de la zona de batalla. Aunque, no era el momento. La incertidumbre de si esa maldición no los atacaría mientras ella intentaba ayudar, daría un resultado desastroso, incluso mortal.

Aguarda, senpai.

Maki no tardó en llegar a la escena, quién junto a Fushiguro, atacó sin más. Heike sabía que debía unírseles.

La forma que Heike había escogido para Santo Rosario era parecida a la de un Látigo Cadena.

Decidida, y con un toque de adrenalina en ella, puso la mano derecha por encima de su cabeza, y comenzó a girarla con lentitud. Mei-sensei le había enseñado que, ante cualquier golpe, era mejor empezar con calma, debido a que el impacto sería peor para su objetivo.

Su energía maldita debía recorrer la herramienta maldita, hasta llegar a la punta que era la Cruz.

El primer ataque fue patoso, pero logró infringir un poco de daño desde lo más lejano. La maldición se destanteó por unos segundos, los suficientes para que Maki atacara con su arma maldita "Nube Errante" que la mandó a lo más lejano.

𝗔𝗠𝗘𝗡 ━━ jujutsu kaisenWhere stories live. Discover now