Si tenemos que explicarlo entonces digámoslo altico, lo único que nos detiene en esta densidad, somos nosotros mismos. Nos detiene la tragedia, el drama, el intelecto, el que dirán, la gente y la sociedad, nos detiene cosas tan básicas como una crema dental, nos paraliza el miedo y ese miedo lo alimenta la sociedad, que también avanza temerosa ¿de qué? De ella misma, de ti, de los demás. Nos detuvo nuestro dolor y la supremacía que nos creímos por estar relajados, cómodos y dominados por completo por la falsedad, nos detuvo nuestro record, nuestro margen de error, nuestra decisión de quedarnos esperando la copa y el pan. Está bien toda esta explicación, pero ya no se frustren mas, lo anterior es para que observemos que no era necesario tanto drama, tanta falta de libertad, para que no caigamos más en las trampas propias de la densidad, a que confiemos más y preguntemos menos, a que avancemos al son de nuestro propio palpitar, que hagamos mas caso al corazón y menos caso a nuestro afán porque fue necesario en su momento pero ya le damos gracias y le decimos chao me quedo con mi verdad, esa con la que me siento seguro y la reconozco solo con respirar muy lentamente y profundo, y al hacerlo me siento en libertad.
Yly 2020
