—¿Por qué no vemos la película?

—Eh, claro.—Respondió.

Mitsuya se acomodó en el otro extremo del sillón, mirando con interés la pantalla, pero cuando trataba de poner atención, su mente le jugaba muy mal y pensaba en la fémina de una forma no muy inocente. La menor de los Haitani miró al peli-lila, parecía estar muy raro desde que llegó del baño, se preguntó si se sentía bien.

—¿No quieres palomitas?—Preguntó la pelinegra sin despegar su mirada de la pantalla.

______ se acercó un poco para dejar el bowl en medio de los dos, Mitsuya la volteó a ver con una sonrisa y sus mejillas coloradas.

Y como aquellas películas románicas que sus hermanitas lo obligaban a ver, sus manos se tocaron cuando intentaron tomar palomitas. Pero sólo Mitsuya reaccionó de una forma nerviosa, Haitani sólo soltó una risa y volvió a ver la televisión.

—________.

—¿Si?

La de cabello oscuro se giró para ver a su 'amigo'.

—¿Tienes algo que hacer este fin de semana?

—Iré a ver a mis hermanos.—Respondió con una sonrisa.
—Tengo muchas ganas de verlos, ¿Por qué?

—Quería salir contigo.—Respondió.
—¿Y si te llevo a verlos y luego salimos?

—Eso sería perfecto, pero no me gustaría hacerte esperar mucho. 

—No tienes nada de que preocuparte, yo estaría encantado de esperarte.

—Eres muy dulce, Mitsuya.

Volvieron su atención a la película, está vez, Takashi estaba más tranquilo. Aquel momento que podría ser tan insignificante para muchos, no lo eran para aquellos jóvenes, que deseaban llevar una vida entera con momentos así, en donde estuvieran juntos y con una sonrisa en sus rostros. Ninguno sabía lo que el destino podría traerles, sólo sabían que debían aprovechar el momento.

Cuando la película dio por terminado, ambos jóvenes decidieron salir un poco, los padres de _______ aún no llegarían, así que tenían la tarde libre para hacer cualquiera cosa. Mientras iban en su propio mundo, no prestaron  atención a su alrededor, ni a los ojos curiosos que los seguían desde hace unos minutos.

—¿Mitsuya con una chica? Imposible.

Él de cabello lila rodo los ojos.

—Baji.—Dijo entre dientes.

—Hola bonita.—Saludo aquel pelinegro con una sonrisa coqueta.

—Hola.—Mencionó con una sonrisa, baji quería reír por él rostro de Takashi, que parecía molesto.

Él de orbes color marrón se acercó un poco al rostro de la fémina.

—¿Te había visto en otro lado? Me pareces familiar.

—Alejate un poco ¿no?—Él oji-lavanda apartó a Keisuke bruscamente.
—¿No tienes cosas que hacer?

—La verdad no, pensé en quemar un carro, pero ahora que mire a esta belleza, prefiero quedarme, ¿No te importa verdad, Mitsuya?

𝐒𝐓𝐑𝐄𝐄𝐓𝐒 | 𝑀𝑖𝑡𝑠𝑢𝑦𝑎 𝑇𝑎𝑘𝑎𝑠ℎ𝑖.Where stories live. Discover now