2. ¿A DÓNDE VAN?

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     Odio que me interrumpan cuando escribo, que me abran la puerta, que me llamen por teléfono o incluso que me vean. Porque quizás asusta a mi poesía, que se marcha y ya no vuelve nunca más.
     Las letras tienen alas, son cometas abstractos con ganas de volar; pájaros enjaulados que esperan con cautela su digna libertad.
    No podría decirte cuántos párrafos se me escaparon, ni todos los que no he podido escribir. Dime, amigo, cuando el verso huye, ¿sabes tú a dónde va?

Cartas a un PoetaWhere stories live. Discover now