Prólogo.

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Brillante sol de paz irradia el país Británico hace años que el iluminaba tranquilidad.

La nueva taberna del sombrero de Jabalí esta puesta en el Reino de Liones donde hay fiesta y música como nunca.

Los siete pecados capiteles celebran su victoria junto con los Caballeros Sacro, el rey y todo el Reino.

Mientras...

—Capitán la fiesta es por allá—Señalo hacia dentro Merlin el Jabalí de la Gula.

—¿Eh? Así voy en un rato—el capitán Meliodas Dragón de la Ira estaba en uno de los balcones del Castillo viendo funesto el Orizonte—¿te diste cuenta de su mirada desinteresada? ¿Su aciaga voz?

—No fue tu culpa todo lo que paso—intento reanimarlo—Es seguro de que el también lo sabe.

—Tengo que ir allá no importa si me corren tengo que ir—

—Tengo que ir allá no importa si me corren tengo que ir—

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Reino de los Demonios...

anda ve—incitó la maga tras Meliodas ambos frente al castillo Demonio.

Las manos le sudaban con las piernas flaquiando y podía jurar que sus siete corazones se habían detenido.

Habían pasado 3000 años desde la última vez que estuvo frente a esas ruinas oscurar no sabría lo que sucedería.

—¿Te arrepentiste?

—Ah voy—tocó tres veces la gran puerta en segundos esta se abrió.

Merlin y Meliodas entraron con cuidado pero depronto los guardias del castillo los rodearon.

—¡¿Qué hacen aquí?! ¡¿Por qué irrumpen e... ¿Me-Meliodas?

Bajaron sus armas y depronto se abrió paso a una figura.

—¿Hermano que haces aquí?—Un albino alto llegó parando a los guardias.

—A-ah vine a visita...

—¡¡Estarossa regresa Ze... ¡¿Meliodas?!—Una castaña lo nombró totalmente inquieta
—a-ah que haces aquí?—pregunto con una sonrisa temblorosa.

—vine a visi...

—¿Qué pasa? ¿Por qué tanto... ¡¿Meliodas que haces aquí?! —el pequeño azabache quedó helado al verlo.

—Vine a visi...

—¡Papá! ¡Tengo hambre!—

Meliodas se molesto—¡oh por favor dejen termina... ¡¿Papá?!

Un pequeño salió de una habitación descalzo y asoñado, con un mameluco rojo.

—A-ah Mel-Zel ¡vamonos!—Estarossa saco a Emma de la escena que próximamente iba estallar.

—¿Qué está pasando?—terminó por decir la maga.

El niño al ver a los llegados se escondió tras Zeldris quien lo tomo en brazos.

Por fin Meliodas se salió de su trance—Cabello negro alborotado, ojos verdes brillantes ¿Es mío verdad?

Gracias por leer. . .

¿𝘠 𝘦𝘴𝘦 𝘲𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘦𝘴? 𓆠 OmegaversWhere stories live. Discover now