⎯  Por cada minuto que no estás frente a la cámara, es dinero perdido ⎯  Mikey rodó los ojos como respuesta ⎯   no tenemos todo el día, muévete enano.

⎯  Para eso tienes a los otros Koko, no me explotes solo a mí ⎯  se quejó el azabache mientras hacía un mohín infantil.

Kokonoi Hajime, manager del grupo de Idols Tokyo Manji, simplemente mostró su más grande sonrisa astuta mientras que sus ojos gatunos y analíticos le observaba con suma burla.

⎯  Quéjate cuando crezcas.

Con eso señoras y señores, el peliblanco mató al enano de Mikey.

Y justamente cuando el azabache iba a proceder a su habitual berrinche para alargar más el tiempo, el contrario leyó las intensiones del chico y simplemente lo sacó a empujones de allí.

Siendo otra persona Kokonoi le hubiera dado igual, pero siendo del mismísimo Mikey debía de usar toda sus esfuerzos para tener al chico donde lo quería y cuando lo necesitaba.

Después de todo, Mikey era el Idol más aclamado en la actualidad y eso nunca iba a cambiar.

Mientras tanto en otro lugar, precisamente en los camerinos detrás de un amplio escenario repleto de personas se encontraba una figura pequeña escondida a un costado de las cortinas que separaba la vista del público hacia su ubicación, estaba encorvado, vestia unos jeans oscuros junto a una blusa blanca manga larga y encima de la misma una chaqueta de un azul marino. Algunas hebras oscuras, alborotadas y esponjosas se deslizaban con sutileza por su rostro debido a la posición que adoptaba, que al estar inclinado hacia adelante con su mirada azulada fija en el celular no dejaba de sonreír risueño a la pantalla.

Comenzó a morder su labio inferior con cierta ansiedad, para después con su dedo pulgar acariciarlo como si se tratará de algo sumamente especial.

⎯  Hey Takemichi ⎯  el llamado de Naoto lo sobresalto ocasionando que casi su celular besara el suelo, y con sumo nerviosismo ocultó el mismo contra su pecho aliviado. ⎯  Ya es hora, te esperan ahí afuera

⎯  Voy enseguida

Naoto dándole ánimos sólo le dedicó una mirada de reojo, y se retiró de allí de inmediato. Ya cuando el contrario estaba lo suficientemente lejos, fue que Takemichi pudo respirar tranquilamente para así nuevamente observar el contenido de su celular y de nueva cuenta mostrar una sonrisa grande.

⎯  Ya casi, Mikey-kun, sólo espérame un poco más. ⎯  murmuró en un suave suspiro, y con las energías renovadas dejó a un costado el aparato sobre el retocador.

Takemichi inspeccionó su maquillaje antes de irse, y asegurándose que estaba todo en su lugar, se aproximó hacia las escaleras que daban hacia la entrada del amplio espacio que estaba en la mira de todo el público presente y todo gracias a la ayuda de varias personas del lugar. Así, en medio del escenario, una luz azul se centró en su figura al mismo tiempo que sostenía entre sus manos una sombrilla cerrada.

Los gritos no se hicieron esperar, la multitud quedó invadida de euforia al tenerlo allí. Al escuchar los inconfundibles aplausos y sentir a toda plenitud las luces que adornaban sus alrededores, Takemichi levantó su mirada hacia el tejado recordando su motivo inicial y sus ideales que lo mantenían en aquel mundo.

En ese preciso momento en qué Takemichi sintió la música vibrar todo su ser, y comenzó a avanzar hacia adelante después de haber dado una vuelta sobre su eje, recordó nuevamente que él pertenecía allí.

El show era suyo.

⎯  Si pudiera detener el mundo, esta noche lo haría ⎯  comenzó a cantar mientras que movía con agilidad el objeto entre sus manos, los bailarines detras suyo se desplazaron hacia sus costados y Takemichi se sintió vivo ante la nueva ola de sensación que lo invadió ⎯  Congelaria este momento, si tan solo pudiera...

Su voz invadió todo el lugar, y la coreografía que surgió daba un ambiente sotisficado que otorgaba emoción entre varios fans que anhelaban con creces ese momento que ahora vivían, como si el último día de su vida se tratase, gritaban con mucha pasión así como el Idol cantaba para todos y cada uno.

Si pudiéramos detener el mundo esta noche.

Creo que lo intentaríamos.

Mientras más avanzaba la canción, los pasos de baile del azabache junto a lo sincronizado que estaba con la coreografía, hipnotizaba al público.

Por algo era considerado poco a poco como el mejor bailarín.

Porque.

No hay nada mejor que esto.

Las sombrilla tanto de Takemichi como de los bailarines fueron abiertos al unísono, y una lluvia artificial se inició en pleno espectáculo, la banda sonora se transformó en unos toques robóticas al compás del avance de la coreografía, el objeto que movía de un lado al otro, el mismo que sostenía Takemichi fue lanzado hacia el público sin cerrarse y solo necesito unos segundos para saltar para así salpicar sutilmente el suelo cubierto de agua.

Por un breve instante en que Takemichi se arrodillo sobre una pierna durante sus pasos, con una mano se peinó suavemente hacia atrás su cabello mojado para así sonreír coquetamente hacia el frente.

El grupo de chicas que estaba en primera fila suspiraron enamoradas, y una de ellas casi se desmaya de la emoción.

No hay nada mejor que esto.

Y así, el espectáculo dio su fin, con el azabache en medio del escenario con una sonrisa amplia. El público no se hizo esperar, y los aplausos resonaron con fuerza.

El Idol estaba surgiendo, y muy pronto llegará a la cima que tanto anhelaba.

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