Y luego estaba la pequeña Samantha, que a diferencia de su hermano, era una copia de Alexandra. Tenía un poco de cabello pelirrojo fuerte, y una piel blanca impresionante, los labios rosados y algunos lunares esparcidos por su cuello. Sin embargo, tenía el mismo color de ojos que James, miel y brillosos.

Harry tomó con fuerza el brazalete de James, aquél que compartía con Alex.

–Eso no, pequeño. Es importante.

James, al ver que los pequeños se relajaban, intentó dejarlos en la cuna, pero comenzaron a llorar nuevamente. Bufó frustrado y volvió a la posición de antes.

–Bien, no quieren dormir. Entiendo. –suspiró. –Entonces podemos hablar, bueno, lo haré yo, claramente. Eh... hace unos días nació Neville, el hijo de Frank y Alice Longbottom, sería lindo que sean amigos. Lo mismo con el hijo de Molly y Arthur, el pequeño Ron, nació en marzo y aún no pudimos conocerlo, es una lastima. –susurró meciendolos. –Pero pronto vendrán, de seguro serán grandes amigos.

El pequeño Harry lo miró con atención y formó un pequeño puchero.

–Por favor, duerman. –murmuró al ver que volverían a llorar. James miró a sus lados buscando algo para hacerlos dormir, definitivamente se sentía un inútil en esto. –¿Cantar servirá de algo? Lex sabría que hacer, ¿ven? Su madre... –iba a continuar hablando pero un sollozo lo interrumpió. –No sirvo para esto. Tal vez puedo hechizarlos.

James mordió su labio, de la nada unas ganas de llorar lo invadieron, carraspeo su garganta y tomó aire.

“It's a little bit funny this feeling inside...”

Comenzó a cantar por lo bajo Your Song, esa canción que tanto significaba para él desde que Alexandra había llegado a su vida. Ambos pequeños se quedaron en silencio y miraron con atención a su padre, se calmaron y su respiración comenzó a ser más tranquila.

Los ojos verdes y miel de sus hijos lo miraron con amor, eso parecía. El pecho de James se llenó de calidez al ver la forma en la que ambos lo miraban, se sentía... diferente.

Alexandra no había podido conciliar el sueño, desde que James se había marchado de la habitación podía oír la forma en la que su esposo luchaba para relajar a los dos revoltosos de la casa.

Ella se encontraba apoyada en el marco de la puerta, mirando cómo James le cantaba a los dos niños, meciendolos con lentitud. El azabache no se había percatado de su presencia.

–Esta canción es la favorita de su madre ¿saben? La encontré por los pasillos de Hogwarts cantándola.

James sonrió un poco al ver que Harry se dormía, Samantha se había calmado, pero aún continuaba mirándolo. Como pudo, dejó a Harry en la cuna y lo arropó con la manta, por último dejó un pequeño beso en su frente.

Alex comenzó a caminar hacia él hasta llegar a su lado. James se sobresaltó un poco y le sonrió sin mostrar los dientes.

–Lo siento, ¿te desperté?

–No, tranquilo. No pude volver a dormir.

James hizo una mueca en forma de disculpa y asintió.

–No es tu culpa, eh. Ya estoy algo pasada y me cuesta dormir. –mintió un poco. Besó su mejilla y dirigió la vista a Samantha, que al ver a su madre se removió un poco en los brazos de James.

El azabache rápidamente se la dió, Alex sonrió ampliamente y acarició su mejilla.

–Hola, preciosa.

THANTOPHOBIA; James PotterWhere stories live. Discover now