-Así que eso es lo que piensas de mi- había dolor en su voz, se bajó de la mesa recogiendo su chaqueta para salir, quise detenerla pero me contuve- Por favor no vuelvas a hacerlo, no soy un maldito muñeco de laboratorio para que experimentes conmigo- salió azotando la puerta sin darme tiempo a responder.

Golpee fuertemente la pared, me sentía como una completa hija de puta, sabía muy bien que no la había besado por eso y sabía muy bien que ella no era ese tipo de persona, porque si lo fuera le habría disparado a Hirai cuando tuvo la oportunidad de hacerlo. Hoy lo había hecho increíble en la simulación, si hubiera sido otra persona la habría felicitado por su desempeño. Ella empezaba a afectar mi objetividad y eso no era bueno. Tal vez lo mejor era intentar tratarla como a cualquier soldado.

El dolor en mi mano no se hizo esperar, maldije mientras la apartaba del muro lleno de sangre, improvise un vendaje, salí del pequeño cobertizo y me dirigí hacia el campo de ejercicios.

POV Jeongyeon

Inmediatamente salí del cobertizo las lágrimas cayeron por mi rostro. ¿Por qué estaba llorando? Me sentía como una idiota, era lógico que ella no sentía nada por mí, si lo sabía ¿Por qué me dolía tanto? ¿Quería que sintiera algo por mí?

La muy imbécil en serio pensaba que yo tenía algo con Momo, reí amargamente, si así fuera las cosas serían más fáciles, ¿tal vez había sido por eso que le prohibió a Momo usar el baño al mismo tiempo que yo? No estaba en condiciones para volver a la simulación, así que decidí entrar al edificio e ir al único lugar que sabía que nadie me buscaría.

Cuando entré me sorprendió no encontrar a Nayeon por ningún lado, mejor aún, así no tendría que dar explicaciones. Caminé hasta una de las camas, cerré las cortinas y me acosté. Me quedé dormida en pocos minutos.

Desperté alterada por una pesadilla, había decidido dejar de tomar las pastillas, así no tendría que sufrir mientras dormía. Me levanté lentamente de la cama, había un reloj en la enfermería, me sorprendió que marcara las 3:55 am. Había dormido todo un día, salí para dirigirme al camarote.

Entré silenciosamente, intentando no despertar a nadie. Cuando estaba cerca de mi cama, las luces se encendieron dejándome congelada en mi lugar a medio caminar.

-¿Dónde estabas Yoo?- La voz de Tzuyu inundó la habitación, logrando despertar a algunas chicas- Estábamos muy preocupadas por ti ayer.

-¿Ahora si te preocupas por mí?- intenté bromear- me alagas.

-Es en serio Yoo, la Sargento Myōi llegó con una mano vendada y tú no aparecías por ninguna parte.

-¿Entonces pensaron que por fin ella había perdido el control y me había asesinado?- llegue hasta mi cama para sacar el uniforme de hoy.

-Im...

-Me sentía mareada cuando hablé con Myōi, ella lo notó y me mandó a la enfermería, le pedí que no le dijera a nadie porque quería descansar- Mentí mientras me dirigía a la salida para darme un baño- sobre cómo se haya lastimado la mano no tengo idea- eso si era verdad, un sabio una vez me dijo que las mejores mentiras siempre incluían algo de la verdad.

Ya que seguía con el mismo uniforme lleno de tierra de ayer, me di una ducha rápida, me cambie y entré de nuevo al camarote para cuando sonó la trompeta ya todas estaban arregladas y en un silencio muy tenso.

-Por cierto, Tzuyu, ¿ya todas firmaron el permiso para la salida de entrenamiento?- ella asintió- ¿podrías darme el mío?, quisiera leerlo- busco en su baúl y me entregó un papel, me senté en la cama a leerlo mientras esperábamos.

Mina entró a la habitación, y el silencio se hizo más incómodo, ella me miró por unos segundos, se veía como si quisiera decirme algo. Noté que efectivamente tenía la mano vendada, ¿cómo carajos de había lastimado?, intenté no preocuparme por eso.

Mi Sargento. (Jeongmi)Where stories live. Discover now