Reencarne en la emperatriz abandonada

LATIDOS DEL CORAZÓN

- Saludos, su majestad, el único sol del imperio.

- Por favor... pasen a tomar té.

- Muchas gracias, su majestad.

- ¿Como ha estado lady monique?

- Todo bien, su majestad.

- Que bueno mi niña... estoy seguro que el marqués está feliz de tener una hija como capitana.
- Así es, su majestad, estoy bien orgulloso de tener una hija... como ella.

- P-papá. ( feliz )

- Me llamo, su majestad.

- Carsein -

- Así es, toma asiento, sein.

- Esta bien, su majestad. ( sentarse )

- Y como te fue en la reunión, sein?

- Todo bien, aunque se pusieron a discutir entre todos ellos, pero se solucionó.

- Muy bien, te felicito muchacho, sigue así.

- Muchas gracias, su majestad.

- Bien, como sein ya llegó, quería hablar de un tema importante.

- De que es su majestad?

- Lady Monique, usted dijo que una chica de cabello y ojos negro aparecería en el imperio.

- ¡Una chica de cabello y ojos negros! - penso carsein -

- Así es, su majestad.

- ...Pero por que esa chica no aparece.

- Por que... solo el destino lo sabe.

- ¿?

- Yo no sé cuándo aparecerá, pero estoy segura de que ella es la niña bendecida por Dios. Yo solo tuve ese sueño como una visión para avisarles que la verdadera pareja del príncipe es otra y no yo.

- Pero... como no esta mi hijo... eso quiere decir que... la niña bendecida por Dios estará con sein.

- Así es, su majestad.

- Pero... si la verdadera niña bendecida por Dios no aparece... Lady Monique... seguirás siendo la prometida del príncipe.

- Su majestad, usted sabe que mi hij-

- Esta bien, su majestad.

- Tia...

- No te preocupes papá, si la niña bendecida por Dios no aparece aceptaré ser la prometida del príncipe. Pero si aparece... deseo que rompa el compromiso que tengo con su alteza.

- ¡!

- Lady Monique, tu forma de hablar es la forma que tiene que hablar una emperatriz, por eso deseo que tu te conviertas en la compañera del príncipe, pero si deseas eso... lo aceptaré.

- En serio, su majestad.

- Por supuesto, después de todo es tu decisión y tu destino que deseas seguir.

- Muchas gracias, su majestad.

- Ahora desearía poder hablar con tu padre a solas.

- Esta bien, su majestad.

- Sein, por que no das una vuelta en el jardín con Lady Monique.

- Eh.

- Deberías tomar un descanso ya que últimamente has estado trabajando mucho, no lo crees.

- Como usted ordené, su majestad.
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- Y como te esta llendo en el palacio.